S
egún ElMundo.es, el paciente es un joven que sufría deformidad severa causada por un golpe o traumatismo. No podía respirar por la nariz ni por la boca, a la vez que le sentía gran dificultad para deglutir y hablar. Joan Pere Barret, encargado de la operación y jefe del Servicio de Cirugía Plástica y Quemados del Vall d’Hebron, detalló que se espera que “en unas semanas empiece a hablar y a comer, y también a sonreír y a reír”. ¿Qué le hicieron? El paciente recibió un trasplante de toda a piel y músculos de la cara, la nariz, los labios, el maxilar superior, todos los dientes, el paladar, los huesos de los pómulos y la mandíbula. El procedimiento de obtención de tejidos faciales del donante finalizó con la reconstrucción de su rostro en forma de máscara, una réplica de su propia cara. De esta manera, Joan Peret Barret subrayó que el paciente “no lleva la cara de otro”. Los tejidos obtenidos fueron colocados en líquidos de preservación, como se hace con los órganos en espera para ser implantados. “El enfermo tiene cicatrices en la frente y en el cuello, pero en el futuro quedarán perfectamente disimuladas”, afirmó Barret, que recordó que los huesos de la cara implantada deben adaptarse ahora la estructura craneal del joven. Paciente satisfecho “Se vio cuando él quiso y cuando los psicólogos aseguraron que ya estaba preparado. Había pasado una semana desde la operación, y reaccionó bien, quedándose tranquilo y satisfecho”, explicó el médico. El joven, que llevaba cinco años en esta situación, necesitará un mínimo de dos meses para ser dado de alta, si bien los especialistas no han aportado una fecha concreta. A continuación, el paciente proseguirá con su rehabilitación y, tras esta durísima fase, podrá llevar “una vida prácticamente igual a la de antes del accidente”. Hasta el momento, este es el primer transplante total de cara que se realiza en el mundo. Los 11 anteriores trasplantes (Francia, Sevilla, Valencia, Estados Unidos y China) habían sido parciales.