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os fósiles presentan características de ambos linajes y los investigadores les han dado el nombre Australopithecus sediba, que significa "simio sureño, manantial", para indicar tanto su relación con formas simiescas anteriores como con las características halladas más adelante en seres más modernos. "Estos fósiles nos permiten dar una mirada notablemente detallada a un nuevo capítulo de la evolución humana y proporcionan una ventana a un período crítico cuando los homínidos cambiaron su dependencia de la vida sobre los árboles a la vida en tierra", dijo Lee Berger, de la Universidad de Witwatersrand en Sudáfrica. "Australopithecus sediba parece presentar un mosaico de características que demuestran un animal cómodo en ambos mundos", agregó. Berger y sus colegas describen el hallazgo en la edición del viernes de la revista Science. Los seres humanos modernos, conocidos como Homo Sapiens, descienden después de millones de años de grupos como el Australopithecus, cuyo ejemplo más conocido es el fósil Lucy, que vivió aproximadamente un millón de años antes que el recientemente descubierto A. sediba. Berger calculó que los nuevos fósiles datan de entre 1,95 y 1,78 millones de años. Algunos han caracterizado el hallazgo como un "eslabón perdido", pero éste ya no es un concepto aceptado por la ciencia. "El `eslabón perdido´ tenía sentido cuando podíamos comparar los fósiles más antiguos con los más nuevos", explicó el paleontólogo Richard Potts, del Smithsoniano, pero ahora los investigadores saben que hay una mayor diversidad de ramas en el árbol genealógico de la familia humana que una sola línea recta. Los dos nuevos fósiles fueron hallados en un foso que alguna vez fue una cueva, con los huesos preservados por el sedimento endurecido que los enterró en una inundación poco después de su muerte, dijeron los investigadores. Uno era una hembra de 25 a 35 años y el otro un varón de 8 ó 9 años, según el informe. Desde este hallazgo se descubrieron otros dos, pero Berger no quiso detallarlos.