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os días antes que se hiciera público el decreto firmado por el gobernador Sergio Urribarri, mediante el cual se ordena a los organismos del Estado entrerriano, en especial a la Policía, abrir los archivos para acceder a documentación sobre lo ocurrido entre 1956 y 1983, el delegado de Derechos Humanos de Concordia, Rubén Bonelli, se presentó junto al escribano Nelson Gómez en la jefatura de Policía de Concordia y se encontró con una sorpresa: los libros de guardia de 1974, 1975 y 1976, donde debían estar asentados los movimientos diarios de la policía, fueron quemados –“ expurgados”– en 2004. La presentación de Bonelli obedecía a que se sospecha que en esa Jefatura estuvo “chupado”, entre otros, Sixto Zalazar, secuestrado el 26 de mayo del 1976 y todavía desaparecido. Según el contenido del acta, Bonelli y Gómez y fueron recibidos por el entonces subjefe Luís Albarracín (ahora jefe departamental), quien los derivó a la oficina de antecedentes a cargo de Lilia Massuh (hermana del jefe de la fuerza en Entre Ríos). En ese lugar solicitaron los antecedentes de tres concordienses desaparecidos, Sixto Zalazar, Julio Solaga y Jorge Papetti; y también los de Ileana Gómez, quien fuera acribillada a balazos en la ciudad de Santa Fe. Ante el interés de Bonelli por conocer los libros de guardia de los años 1974, 1975 y 1976, o sea el libro donde queda asentado día por día todo lo que ocurre en ese ámbito, el oficial principal Andrés Costa –que en ese momento vestía de civil– respondió “que por el transcurso del tiempo la documentación se quema, que todo tiene su procedimiento ya que la orden viene de Paraná, de la Dirección de Archivo de la Provincia. Siguió relatando que en el acto de quema tiene que estar el jefe o jefa de la Dirección de Archivo y que él recuerda que la jefa en ese momento, era una mujer”. Bonelli le preguntó si quedaba alguna prueba de ese episodio, a lo que el oficial respondió que tiene que existir un acta y que debe estar en Paraná y que la quema se realizó en el campo del Abasto. Tal relato quedó asentado en el “Registro de Actos" que comenzó a escribirse a las 9.30 de ese 22 de marzo, dos días antes que Urribarri hiciera conocer la firma de un decreto en el que ordenaba la apertura de archivos desde 1956 en virtud del pedido de aquellos que también quieren saber lo que ocurrió luego del primer golpe militar contra el peronismo. En el lugar también estuvo presente el entonces jefe de Investigaciones y actual sub jefe de policía Lucio Villalba. En ese acto, y siempre según lo consignado en el mencionado documento público rubricado por el escribano allí presente, estuvo el comisario inspector Julio Vera, a quien también se le preguntó por los libros de guardia de esa fecha (74 al 76), a lo que contestó que tal documentación no existe y que, lo que sí existe es el “Libro de Altas y Bajas del personal policial Nº 19”. Esa fue la documentación que luego Bonelli entregó en el juzgado Federal de Cconcpeción del Uruguay a cargo de Gustavo Román Pimentel. Desmentida Este jueves Bonelli consultó a la directora de Archivo de la Provincia hasta febrero de este año, Graciela Bascourleguy, quien hizo mención a la Ley provincial de Archivo Nº 7.452, dictada en 1984, y señaló que la misma prohíbe el “expurgo”, más conocido como quema o incineración de documentos considerados históricos, judiciales o administrativos. De hecho, con esa referencia negó rotundamente los dichos del funcionario policial. (Fuente: Diario Junio)