Sábado 03 de abril de 2010
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Interés general
En Paraná un joven travesti va a la escuela vestido de mujer
Luly tiene 17 años y concurre a la nocturna Obispo Gelabert y Crespo. A diferencia del caso de Nogoyá, debió cambiar de establecimiento. Dice que sufrió discriminación en la escuela de Comercio Nº2.
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Luly tiene 17 años y asegura que debió cambiarse de escuela por discriminación.

E

n la escuela Obispo Gelabert y Crespo, un adolescente paranaense de 17 años pudo cumplir su deseo de concurrir al establecimiento con vestimenta de mujer. Sin embargo, si bien su caso tiene similitud con al ampliamente difundido de la travesti Kylie, de Nogoyá, ostenta una sensible diferencia: para poder ir vestida de mujer, debió cambiar de establecimiento educativo. Lucas Barrios, de 17 años y convertida en Luly, debió alejarse de la escuela de Comercio N° 2 Manuel Belgrano, ubicada en la intersección de Santos Domínguez y Artigas de Paraná. Según contó, las autoridades de la institución le comunicaron el año pasado, que no podía seguir en la escuela. Por eso, prefirió terminar el año bajo su apariencia masculina y este año, en su nueva institución, asiste tal como pretende. Se inscribió en la escuela Obispo Gelabert y Crespo y relató que allí la aceptaron sin ningún tipo de condicionamiento; incluso recibió el apoyo de autoridades y compañeros. La adolescente vive con sus padres y sus cinco hermanos. Sin esconder sus preferencias sexuales y acompañada por su madre, vecinos e integrantes de la Comisión Vecinal Lomas del Rocamora contó su historia. Historia Comenzó su relato con la experiencia vivida el año pasado. “Un día decidí ir a la escuela con broches y con las uñas pintadas. Pero los directivos me dijeron: ‘Vos no podés venir más a la escuela vestido de mujer’. Entonces me llevaron a la Dirección y me informaron que no podía ingresar más a la escuela. Para fundamentar la decisión me dijeron que era una norma que regía para todos los alumnos”, dijo Luly, ante la atenta mirada de sus vecinos. El 20 de junio de 2009 aceleró su transformación –el mismo día que cumplía años su mamá Araceli Cavagna– al dejar de lado las camisas y pantalones, para usar broches en el cabello y lucir sus uñas pintadas. “Ese día me quedé encerrada en mi pieza, lloré y me afectó mucho”, recordó. Si bien resultó un golpe duro –de hecho dejó de alimentarse– no se dejó amedrentar y regresó a la escuela. “Volví con la cabeza gacha, como Lucas, pero esa apariencia sólo la mantenía entre las 7 y las 13. Pero llegaba a mi casa, comía y me vestía como mujer. Me quedaba todo el día vestida de mujer: andaba en la calle, salía al centro y hasta iba a bailar con mis amigas”, recordó. Nueva etapa Pero todo cambió cuando se inscribió en la escuela N° 190 Obispo Gelabert y Crespo, ubicada en avenida De las Américas 1901. Ni siquiera se presentó a rendir Geografía de 9º año en su anterior aula, por temor a un nuevo rechazo. Pero con el cambio, comenzó a escribir un nuevo capítulo en su historia de vida: su llegada a la institución le inyectó nuevas energías. “Me anoté en la otra escuela de noche y me aceptaron sin ningún tipo de problema”, reconoció. Enseguida acotó: “Fui vestida de mujer y me aconsejaron que presente todos los papeles”. Humillaciones Entre tantos padecimientos que debió soportar, Luly aseveró que en una oportunidad se orinó porque no le permitían usar los sanitarios. “No usaba ninguno de los dos; ni el de varón ni el de mujer. No sabía qué hacer, no se me cruzaba nada”. “Yo soy como soy y nadie me va a cambiar”, subrayó. A la vez comentó: “Me sentí muy discriminada por los directivos de la escuela de Comercio 2”. El futuro Luly aspira a poder someterse a la operación de cambio de sexo, una vez que reúna el dinero necesario para eso. Además, quiere seguir estudiando y algún día no muy lejano llegar a ser bioquímica. La familia Barrios es oriunda de Nogoyá, al igual que Kylie, el travesti que conmocionó hace pocas semanas a la provincia y el país, y con quien Luly se siente identificada. Luego se trasladó a la localidad de Hernández y hace ocho años se radicó en Paraná, por motivos laborales del padre. Así lo declaró el Ministerio de Educación de la Nación en una nota dirigida a las autoridades de la Escuela Normal Superior Dr. Antonio Sagarna de nuestra ciudad. En la misma se hace hincapié en la resolución tomada por la institución, ante el caso del joven Lautaro (Kylie) y su aceptación para seguir cursando sus estudios vestido de mujer. Discriminación La titular local del Inadi, Cristian Ponce, afirmó que “no registran casos de discriminación por condición sexual en escuelas”. Sin tener conocimiento del caso de Lucas, admitió que respecto a Kylie “no hubo necesidad de gestiones, porque contó con acompañamiento de la comunidad”, más allá que el Inadi se puso a disposición de su familia. Si bien citó que “hay un avance social en la materia”, contó que aún se registran casos de discriminación en ámbitos laborales (con despidos o cambios de tareas); o por ejemplo, en el caso del acto de transfusión de sangre, donde en los protocolos de hospitales y centros privados, los gay son “grupo de riesgo”. (Fuente: Diario Uno)
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