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mediados de este mes, tres cursos de primer año de la nueva secundaria (los antiguos séptimos) y un octavo de la Escuela del Centenario empezaron a cursar en una casa alquilada en calle Mitre, por falta de aulas en la institución. La nueva locación ha generado ya problemas por la inadecuación de las instalaciones, y porque aún no se ha tomado el personal para atender el anexo. Así, con los chicos trabaja un solo preceptor que debió ser trasladado desde la escuela de calle Rivadavia a la casa de calle Mitre, y un ordenanza de los tres que se ocupan del edificio histórico, dejando la limpieza del enorme monumento a cargo de sólo dos personas. La cuestión se ha generado por la cantidad de chicos que ingresaron al turno mañana de la institución, que se vio desbordada por la falta de aulas, y porque para colmo, con las lluvias, las locaciones que funcionaban en el sótano quedaron inutilizables. Concretamente, entre 2009 y lo que va de 2010 el subsuelo se inundó tres veces. Al principio se optó por ir alternando el uso de las aulas: así, los grupos tenían clase día por medio. Luego, la situación se hizo insostenible y se decidió alquilar la casa de tres pisos que funciona hoy como anexo. Mientras, la comunidad educativa sigue aguardando que el Estado concrete las tres aulas nuevas que se necesitan para que los chicos aprendan cómodos y que se levantarán sobre calle Malvinas para albergar a los alumnos que no tienen espacio físico en la escuela. “Ya han venido los arquitectos a hacer mediciones, pero hasta que no veamos los ladrillos, no creemos”, se expresó desde el colegio. En viaje Todas las mañanas, después de izar la bandera junto al resto de los cursos, las cuatro divisiones que dan clases separadas del edificio histórico emprenden el viaje hacia el anexo, acompañados por un preceptor. Se trata de alrededor de 130 chicos que van a tomar sus clases a una casa particular sita en calle Mitre, frente al Rosedal, y que se reparten en el garaje, el quincho, el living y una habitación de la vivienda. “Los anexos no pueden estar a más de dos cuadras de la sede central. La casa en el Rosedal era la única en la que entrábamos, de entre las alternativas con las que contábamos”, explicó personal de la escuela que pidió reserva de su nombre. Los cursos dan clase en el garaje, en un quincho, en el living de la casa, que es amplio, y se determinó llevar a un primer año, un grupo muy chiquito, a un dormitorio. A ese primer año “le sacamos alumnos y los mandamos a otras divisiones” para reducirlo, se describió. “No se puede hacer más, no hay cerca de la Centenario un lugar para que funcione una escuela. Esto fue lo más grande que conseguimos, con un pedacito de patio”, confió la fuente. “Los chicos salen al patio al cuidado de las maestras, y de un preceptor que se envió al anexo. Los directivos se van rotando”, dijo. Sucede que las autoridades educativas “no nos dieron más que la casa, un preceptor que se llama a concurso el lunes 29 y todavía esperamos que nos designen un ordenanza, porque debimos sacar uno de la sede central para limpiar allá”. Problemas Se consultó a padres y docentes de la institución y todos coinciden a grandes rasgos que el problema edilicio –la escuela se llueve y el sótano, donde hay aulas, se inunda- se agudizó porque los padres cuyos chicos cursaban a la mañana la primaria se resistieron a que un grupo debiera pasar a la secundaria a la tarde. “Los iniciadores fueron los padres. La escuela tiene dos divisiones de séptimo (o primer año en el nuevo sistema) a la mañana, y un grupo de padres presionó para que se abriera una tercera división, con todo el equipo directivo y docente en contra porque no teníamos aula”, se narró desde la escuela. Pues bien, se abrió un curso nuevo a la mañana. Ahora bien, los chicos de séptimo habían quedado en el subsuelo de la Centenario, el lugar donde lustros atrás funcionaba el Museo de Ciencias Naturales y Antropológicas Antonio Serrano, un sitio insalubre y que hasta mucho tiempo después de que se mudara el museo conservó el olor a formol de los frascos que conservaban especimenes. Allí había dos aulas para los dos primeros: al abrirse una tercera división se encontró con que no tenía aula, por lo cual en un primer momento se dispuso que dieran clases día por medio, rotando los cursos. “Cuando no estaba la casa, los chicos no iban a clase dos veces por semana”, narraron desde la escuela. Promesas Había perjudicados y sigue habiéndolos aún, pues el curso que quedó en el garaje de la casa siente que está peor que el resto. Todo se solucionaría con la construcción de las tres aulas dentro del predio de la casa central, pero el trámite viene demorado. “Nos vienen prometiendo aulas y edificación desde antes del 2000”, precisaron desde la Escuela Del Centenario. El 10 de marzo el conflicto era tan grande que el gobernador Sergio Urribarri se hizo presente temprano en la mañana en la escuela, acompañado de su secretario privado; Graciela Bar, la presidenta del Consejo General de Educación; y Roque Caviglia, director Departamental de Escuelas de Paraná. “El gobernador prometió las aulas y pidió disculpas porque a dos cuadras de Casa de Gobierno pasaba esto. Esperemos que las hagan. Mientras, momentáneamente no hay otra solución que no sea el anexo”, finalizaron diciendo desde la comunidad escolar. Caviglia dice que se trabajará para “equilibrar” la matrícula El director Departamental de Escuelas, Roque Caviglia, reconoció que existe una desproporción entre la cantidad de cursos que tiene la escuela Del Centenario a la mañana (18) y el número de divisiones a la tarde (12) y anunció que se trabajará para “equilibrar” la situación y que queden 15 divisiones a la mañana y 15 a la tarde. –¿Esto quiere decir que alumnos que concurren a la mañana se trasladarán al turno tarde? –No, se trabajará sobre el porcentaje de ingresantes –dijo Caviglia. En cuanto a las condiciones edilicias, aclaró que “lo primero que se hará será una reparación integral del sótano”. Calculó que el trabajo insumirá “30 o 40 días” y luego “se licitará la construcción de las aulas” nuevas sobre Malvinas. El dato: 7.000 pesos Paga la Provincia por mes en concepto de alquiler de la casa que funciona como anexo a la escuela Del Centenario. La vivienda está a dos cuadras de la institución, como dicta la normativa, y no es un lugar adecuado para dictar clases. Consultado acerca de los plazos que se manejan para que la situación vuelva a la normalidad, el director Departamental Roque Caviglia informó que el “Consejo General de Educación firmó contrato de alquiler por dos años para ir iniciando la obra de las aulas y la reparación integral del sótano”. (El Diario).-