E
l lunes los alumnos del primer año del Ciclo Superior (tercer año) de la escuela Rural Secundaria Nº 69 Juan XXIII de Villa Fontana comenzarán las clases en la sala de velatorios que pertenece a la Junto de Gobierno. Son 16 los adolescentes que no tienen lugar físico en el establecimiento y por lo tanto ocuparán el salón que está pegado a la escuela. “Tenemos la aprobación del cura párroco”, contó la Rectora Suplente de la escuela Secundaria Mariana Clavijo. Las que no estuvieron muy de acuerdo con la decisión, pero la terminaron aceptando, fueron las docentes. “Las chicas me preguntaban ¿Si se muere alguien en dónde vamos a dar clases? Yo les dije que llegado el momento íbamos a ver a dónde nos ubicábamos”, se sinceró la Rectora suplente. La comunidad educativa de la escuela Juan XXIII está compuesta por unas 100 personas. Para tener una idea de la importancia que tiene dentro de la localidad hay que saber que Villa Fontana tiene 200 habitantes. Los alumnos llegan desde Villa Fontana, María Luisa, Villa Gobernador Etchevehere y Aldea Grapschental. Burocracia La escuela Juan XXIII empezó con tres aulas. Allí se dictaban las clases de EGB 3. Luego los directivos consiguieron poder anexar el Polimodal. “En 2008 como sabíamos que se nos agrandaba el cupo de alumnos realizamos el pedido para que nos construyan dos aulas más. Todavía estamos esperando”, reveló Mariana Clavijo. Con el correr del tiempo las docentes tuvieron que ubicar a los estudiantes primero en la biblioteca, después en la sala de computación y por último en una salita de actividades generales. Las directoras de la escuela rural descubrieron el expediente en diciembre de 2009. Ahora está esperan do por respuestas concretas. Por lo pronto el supervisor del Consejo General de Educación, Miguel Ángel Langhi, se acercó el lunes a la escuela. En ese momento se enteró del lugar en donde se dictarán las clases y también conoció la indignación de los padres. “Como no tienen infraestructura, desde la Dirección Departamental de Escuelas le dijeron a la directora que se buscara otro lugar, pero no hay otro disponible en el pueblo: el único es la sala velatoria”, relató Leonardo Santimaría, padre de un alumno. Inclusiva La escuela Juan XXIII lleva adelante el programa De la Mano Contigo. A través de la iniciativa integran a chicos con Necesidades Educativas Especiales donde se le hacen adaptaciones curriculares especiales. La mayoría de ellos llegan desde la capital provincial. Es una de las pocas escuelas de la provincia que realiza este tipo de inclusiones para estudiantes con diferentes problemáticas, la mayoría de conducta. En su momento se generó una pequeña polémica en el pueblo ya que algunos padres se preocuparon por los estudiantes que llegaban desde Paraná. Hoy están todos integrados pero con la imperiosa necesidad de tener más aulas para no mudarse a donde se realizan los velatorios. (Fuente: Diario Uno)