E
sta investigación "representa un paso importante para comprender cómo cambia el cerebro al pasar de un estado normal a otro de dependencia del alcohol", dijo en un comunicado de prensa de Scripps Marisa Roberto, investigadora principal y profesora asociada del Instituto de Investigación Scripps. "Nuestro estudio exploró lo que llamamos `el lado oscuro´ de la adicción del alcohol", dijo Roberto. "Que es la compulsión por beber, y no porque sea un placer, que ha sido el enfoque de muchas investigaciones anteriores, sino porque alivia la ansiedad generada por la abstinencia y los efectos estresantes de la misma". La hormona, conocida como factor liberador de corticotropina, desempeña un papel en la respuesta del cuerpo al estrés y se encuentra en el cerebro. Romero dijo que es posible que el bloqueo de la hormona "represente un consumo excesivo de alcohol bajo una variedad de afecciones psicológicas y conductuales". Los investigadores también encontraron que las ratas expuestas al químico de supresión hormonal no se volvieron inmunes a los efectos del químico con el tiempo. Lo que sugiere que las personas podrían tomarlo de forma repetida sin sentir una pérdida de eficacia. Aún así las ratas no son personas y es posible que los humanos no actúen de la misma manera cuando se expongan al químico.