E
l mundo recordó este miércoles en un acto en Cracovia, Polonia, la liberación hace 65 años del campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz, con el que se conmemora el fin del Holocausto. Sobrevivientes y dirigentes políticos se reunieron primero en una conferencia organizada por el Congreso Judío Europeo antes de las ceremonias del aniversario de la liberación del campo. Luego se realizó un acto en Auschwitz y Birkenau, campos vecinos y poderosos símbolos del Holocausto. Allí, sobrevivientes, algunos acompañados por sus hijos, y otras personas recorrieron las cuadras y torres de vigilancia. La fecha recuerda el día que el Ejército Rojo soviético llegó a Auschwitz en una de las operaciones llevadas adelante en la Segunda Guerra Mundial y liberó el campo donde quedaban con vida 7.000 personas. Auschwitz fue construido en 1939 luego de la invasión nazi a Polonia y, según el Museo del Holocausto local, en ese centro de exterminio murieron cerca de 1,1 millón de personas, en su gran mayoría judíos, indicó la agencia de noticias alemana Dpa. Esta conmemoración está enmarcada en un reciente y particular suceso: el robo del cartel de la entrada con la leyenda en alemán de "Arbeit macht frei" ("El trabajo los hará libre"). El letrero fue recuperado por la policía polaca y devuelto a las autoridades del Museo hace seis días, pero el mismo debe ser restarurado debido a los tres cortes a los que fue sometido y no estará presente en el aniversario. En su lugar fue instalado un letrero similar. "Pronto ya no podremos hablar mirándoles los ojos a los testigos vivos. Hoy en día tienen más de 80 años", declaró a la prensa el director del Museo de Auschwitz-Birkenau, Piotr Cywinski. "Cuando nos dejen los últimos testigos de la enloquecida política de la Alemania nazi sólo quedarán los muros, las ruinas, que hablarán por ellos. Por ello es una necesidad urgente preservar lo que queda", agregó Cywinski. Este campo de concetración ocupaba unas 200 hectáreas y tenía en su interior cámaras de gas y hornos en los que se cremaban los cuerpos. En el último año, 1,3 millones de personas visitaron el ex territorio nazi. Es el único campo de exterminio nazi en suelo polaco que queda en pie, debido a que el resto fue demolido por los propios alemanes durante el conflicto bélico más sangriento del siglo XX.