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entileza de Horacio Osorio, De Diario Río Uruguay, para Informe Digital La irregularidad notificada a la Justicia ocurrió a mediados del año pasado, cuando un grupo de pescadores había estado capturando dorados en la denominada Zona de Seguridad. Cuando fueron atrapados por guardafaunas y personal policial explicaron que pescaban allí con “el permiso del Jefe de prefectura Salto Grande”. Según la denuncia a la que accedió Diario Río Uruguay, el aludido uniformado se molestó con los demás funcionarios a quienes les recriminó porque actuaron “en su jurisdicción”, amenazó con detener a uno de ellos y exigió que devolvieran el material incautado a los pescadores. En caso de comprobarse, el hecho denunciado en los tribunales de Concordia pondría de manifiesto una grave falta por parte de la Prefectura, tanto por la complicidad en la depredación de la fauna íctica del río Uruguay, como así también por la falta de celo al custodiar los alrededores de la represa hidroeléctrica de Salto Grande. Según la presentación recibida en mayo del 2009 por el Juzgado de Instrucción Nº1 de Concordia, representantes de Recursos Naturales de la provincia y personal policial del Destacamento “Tortuga Alegre” (dependiente de la Comisaría 9), recorrían por la noche la orilla del arroyo Ayuí Grande (al norte del paraje La Tortuga) cuando en la zona del campo “El Alambrado” descubrieron estacionado entre el follaje un Fíat 147 sin ocupantes. Ante la sospecha de estar ante un vehículo de cazadores o pescadores furtivos los funcionarios esperaron en las inmediaciones, hasta que desde la espesura del monte aparecieron seis personas las cuales tenían en su poder varias piezas de dorados, los cuales habían sido pescados en una zona no permitida. La sorpresa de los funcionarios fue la respuesta que recibieron por parte de los infractores, los cuales se excusaron que estaba pescando en zona “con permiso del Jefe de Prefectura” y que incluso lo hacían “varias veces a la semana”. Reacción En las primeras horas del día siguiente al hecho (30 de abril del 2009), el prefecto Marcelo Eduardo Casas, Jefe de Prefectura Salto Grande, se puso inmediatamente en contacto telefónico con uno de los guardafaunas que había intervenido, pero su preocupación no radicaba en desmentir lo argumentado por los pescadores atrapados in-fraganti, sino en reprochar que la inspección se había realizado sin “su” conocimiento y en “su jurisdicción”. Incluso citó en su oficina a uno de los denunciantes a quien le exigió que entregara el acta labrada y los elementos secuestrados, bajo la amenaza de detenerlo ya que supuestamente la credencial del representante del área de Recursos Naturales había vencido en su validez. Pero lo que más llamó la atención al funcionario intimidado fue que Casas le habría explicado que “el entredicho con Serrano (uno de los pescadores) ya estaba aclarado y arreglado”, siendo que en hasta el momento no se habían dado detalles de las personas implicadas, ni su identidad. Finalmente el guardafaunas no fue detenido por Prefectura, pero tampoco devolvió el acta ni los elementos decomisados, aunque la Prefectura le retuvo su credencial. Con ese grave antecedente, el Prefecto Marcelo Eduardo Casas dejará en la próxima semana la Jefatura de Prefectura Salto Grande, la cual es la encargada de custodiar las inmediaciones de la represa y la zona vedada a la pesca en cualquiera de sus formatos.