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o basta con "dormirse todo" después de una noche de alcohol. Según un nuevo estudio, los efectos de la intoxicación se mantienen aún cuando el alcohol ya no circula en la sangre: no sólo generan una desagradable resaca matinal, sino que también reducen la reacción y la concentración. Un equipo de expertos de Rhode Island y Massachusetts, en Estados Unidos, halló que no importaba si la bebida había sido blanca u oscura; la disfunción cerebral se mantenía a la mañana siguiente, confirmó a Reuters Health la doctora Damaris Rohsenow, de la Brown University. Los resultados obtenidos por los investigadores del Centro de Estudios sobre Alcohol y Adicción de la universidad, en Providence, Rhode Island, surgen de un estudio sobre los efectos del consumo excesivo de alcohol en 95 adultos, de entre 21 y 33 años. Los participantes pasaron dos noches en el laboratorio en Boston. Una noche bebieron alcohol (vodka o whisky con gaseosa) y la otra, un placebo. Se les midieron los niveles de alcohol en sangre, el patrón de sueño y la capacidad de pensar rápido. Para acercarse a los efectos del alcohol con el estómago vacío, el equipo de Rohsenow les dio una comida tres horas antes del alcohol, cuyo nivel mínimo en sangre fue de 0,09 gramos. (En los 50 estados, se considera que con 0,08 gramos se está ebrio). Estudios previos habían demostrado que los síntomas de la resaca (dolor de cabeza, náuseas y somnolencia) desaparecen con unas horas de sueño. Rohsenow dijo a Reuters Health: "Es como si los efectos en el rendimiento también demoraran unas horas". El vodka y el whisky están en cada extremo de la pureza del alcohol: el vodka es el más puro y el whisky, el menos puro; en el medio está el resto de las bebidas. Otros estudios habían demostrado que cuanto mayor era el nivel de impurezas, más "flojo" se sentía el bebedor al día siguiente, pero el nuevo estudio no reveló esa diferencia. "Lo más importante fue el alcohol", dijo Rohsenow. Los participantes que bebieron alcohol la noche previa "pensaron que su habilidad para conducir un automóvil era tan buena o mejor" que aquellos que bebieron el placebo. Por lo tanto, agregó la autora, "sería buena idea a la mañana siguiente esperar hasta sentirse mejor para realizar actividades como operar equipos peligrosos". El equipo eligió ocuparse de los adultos jóvenes porque tienden a ser grandes bebedores y tienen más tiempo como para pasar una noche en un laboratorio. Por lo tanto, los resultados se pueden aplicar sólo a personas de entre 21 y 33 años. "En los mayores, los efectos podrían variar por causas fisiológicas y la experiencia", dijo Rohsenow.