A
unque el que apostó al dólar no ganó como con otras inversiones, el Gobierno permitió que el peso se depreciara casi un 10% contra el dólar estadounidense. El comportamiento de las monedas de Brasil, Colombia, Chile, Peru, en América latina, o Tailandia e Indonesia, en Asia, fue superior al argentino. El real brasileño fue el que más rápido le ganó a la crisis. Su apreciación contra el dólar superó el 32%. Si se mide la diferencia entre el comportamiento de Argentina y Brasil, los habitantes del país de Lula tienen una moneda que es 40% más fuerte contra el dólar que el peso. Desde 2002, cuando Eduardo Duhalde rompió con la convertibilidad y el dólar llegó a $ 3,36, que no se había producido una devaluación tan marcada. A comienzos de año, cuando la crisis internacional arreciaba, la política de flotación administrada logró evitar una mayor devaluación del peso. Pero después, con la mayor liquidez internacional, el Gobierno planchó el dólar en torno a $ 3,83, mientras que en el resto de la región la moneda estadounidense continuó depreciándose. (Fuente: Ieco)