E
n español, plástica significa “el arte de plasmar, o formar cosas de barro, yeso u otros materiales”. También se aplica a aquello que forma o da forma. En el caso de la cirugía plástica, el material no es otro que el cuerpo humano y sus tejidos. Este tipo de cirugías cobran cada día mayor auge en el país y Paraná no escapa a esa realidad. Según confirmó el médico paranaense Rubén Farías, integrante de la Sociedad de Cirujanos Plásticos de Rosario, cada día son más los pacientes que acuden a la consulta. Entre todas las intervenciones quirúrgicas, el especialista indicó que lidera la lista el implante mamario. Es más, destacó que en los últimos tiempos se ha triplicado la demanda de este tipo de operaciones. Así lo confirman incluso los fabricantes de estas prótesis, que cada día vienen con mayores técnicas de seguridad. Después del implante mamario, otras cirugías muy solicitadas son la liposucción, en tercer lugar la rinoplastia y por último la cirugía facial. “Todos los días llega más gente al consultorio. Viene menos gente para operarse de nariz, pero más para un lifting o un implante mamario”, indicó. Detalló además otros datos. “La cantidad de cirugías de liposucción se duplicaron. Los números en rinoplastias se mantienen y la facial también se duplicó”, dijo el médico. Más busto La cirugía de aumento mamario es una de las más solicitadas hoy en día, en la búsqueda de cada mujer, por sentirse más bellas y atractivas. El médico explicó que existen variaciones técnicas dependiendo de factores que conviene valorar antes de la operación. Destacó que se utilizan diversos implantes, sobre todo los de superficie texturizada. “La cantidad de busto que se colocará dependerá del paciente. Asesoramos en todos los casos. Por ahí un paciente se quiere poner mucho busto y en estos casos advertimos que puede tener después demasiados problemas de cintura”, contó. En cuanto a las edades el médico mencionó que llegan pacientes desde los 18 años con la intención de colocarse mamas hasta mujeres de 65 años. Agregó que el implante mamario se puede colocar detrás de la glándula, es decir entre la glándula y el músculo. O puede ubicarse detrás del músculo, sobre todo en los pacientes que tienen poca glándula mamaria. “La vía de colocación depende del tipo del paciente”, detalló. En cuanto a la recuperación, el profesional mencionó que ronda los 15 días. Menos grasa A lo largo de la ultima década, la liposucción se a convertido en uno de los procedimientos más importantes de cirugía estética moderna. Esta operación es capaz de mejorar la apariencia del cuerpo y moldear los contornos irregulares o deformes del mismo, por medio de la eliminación de los depósitos grasa en exceso. Respecto a esta técnica el médico contó que llegan al consultorio pacientes de todas las edades. “Vienen chicas jóvenes, de 15 a 18 años que tienen localizaciones de grasas atípicas, que no las favorecen y la lipo se lo soluciona”. Además aportó: “La grasa donde se liposucciona no vuelve más”. Los lugares más comunes son la cintura, en la región abdominal y en los muslos. Falta de controles de centros de estética En Paraná, los institutos de belleza están considerados “locales comerciales”, a pesar de que utilizan sustancias y tecnologías ligadas a la Biomedicina en sus prácticas. Hay una resolución aprobada en 2008 pero las dependencias encargadas de controlar la desconocen. La muerte de la modelo cordobesa Solange Mangnano por una mala praxis en un centro de estética corporal de Buenos Aires, reflotó el tema del rol del Estado en los controles de prácticas estéticas relacionadas a la salud. Los casos de mala praxis han ocasionado en muchos pacientes lesiones graves, secuelas inmodificables, y hasta la muerte, como en el caso de Solange. Para prevenir estos lamentables hechos el Estado no debe permanecer ausente. Muchos de los servicios son prestados por profesionales que llegan a Paraná desde otras ciudades, inclusive desde otros países, por lo que la comprobación de licencias y títulos se torna errática para los pacientes. Todas estas cuestiones evidencian la necesidad de crear un registro de centros y prácticas homologados por el Estado, donde los pacientes puedan consultar la efectividad de los métodos, la seguridad e inocuidad de las sustancias que se aplican y la idoneidad de los profesionales que utilizan la tecnología, y no sólo la habilitación comercial del lugar, ya que se está tratando con la salud de los pacientes. En Paraná, los institutos de belleza son habilitados por el municipio como locales comerciales, a pesar de que muchos de éstos prestan servicios de estética corporal, ligados estrechamente con la salud de los pacientes por lo invasivo de los métodos utilizados. Como locales comerciales, los institutos de belleza deben ser controlados por personal del área de Inspecciones Comerciales, quienes no están capacitados para intervenir en temas de Salud ni a discernir sobre la idoneidad de los profesionales que actúan en dichos centros, ni las sustancias y métodos tecnológicos que se aplican, propios de la biomedicina. En noviembre del año pasado el Concejo Deliberante aprobó sobre tablas –y por unanimidad– una iniciativa de la concejala Cristina Sosa por la cual se instaba al Ejecutivo municipal a encarar una campaña de control sobre los servicios destinados al embellecimiento y remodelación corporal en la ciudad, haciendo hincapié en el profesionalismo y actualización del personal a cargo de los tratamientos. Sin embargo, la Resolución 63/08, es ignorada por el área de Inspecciones Comerciales a cargo de Reynaldo Quinteros, quien brindó detalles sobre los controles en los locales que realizan piercings y tatuajes pero no supo responder acerca de inspecciones en centros de estética. Salud tampoco En su artículo segundo, el texto aprobado el año pasado invitaba al subsecretario de Salud a “participar en un encuentro de trabajo en el marco de la Comisión Salud, Acción Social y Medio Ambiente, a fin de informar la existencia –o no– de déficit normativos, para trabajar en una normativa que actualice las posibilidades de evaluación sobre los servicios de salud y embellecimiento existentes en la ciudad, su difusión para conocimiento de toda la población y las reservas o llamados de atención sobre aquellas prácticas poco seguras, con riesgo para la salud o de aún no probada inocuidad”. En tanto, se invitaba a las cámaras, asociaciones y otras instituciones vinculadas al temática de la estética –cosmetológica o quirúrgica– a conformar un Consejo Consultivo con aporte de universidades. Pero el personal de la repartición que encabeza Sergio Izza manifestó desconocer la norma, por lo que queda en claro que el artículo segundo de la Resolución 63, tampoco se concretó. Las consultas telefónicas continuaron en diversas reparticiones. En un intento por obtener respuestas se acudió a la Secretaría de Medio Ambiente y a Salud Comunitaria, siempre con resultados infructuosos. Consultada sobre quién debería inspeccionar la calidad de estas prácticas, Sosa se mostró sorprendida de que nadie haya sabido responder la consulta. Y la pregunta “ ¿quién controla a los centros de estética?”, sigue sin responder a pesar de Solange Magnano. El caso de la ex Miss Argentina despertó polémica La modelo Solange Magnano, de 38 años, trabajaba para el diseñador Roberto Piazza y había sido Miss Argentina en 1994. La mujer, madre de mellizos de 8 años, había acudido a una clínica para someterse a un tratamiento estético en los glúteos que consiste en aplicarse inyecciones de polimetilmetacrilato (PMMA), pero el procedimiento se complicó y sufrió una embolia pulmonar que derivó en su muerte. El caso volvió a encender la alerta. Sobre todo porque en el país se realizan por año alrededor de 50.000 cirugías estéticas y, según los especialistas, en algunos lugares se trabaja con niveles de riesgo muy altos: se realizan intervenciones en clínicas que no están preparadas para emergencias, y en las que resignan calidad para abaratar costos. Mientras tanto el presidente de la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos Aires, Francisco Famá, contó que “la infiltración de PMMA en la región glútea, con el objeto de aumentar el volumen, es una técnica cuyo uso promocionan algunos especialistas de Brasil, y consiste en la infiltración intramuscular del producto”. Consultado sobre el tema Farías optó por no hablar del profesional que realizó la técnica. Aunque advirtió que la cirugía de relleno prácticamente no tiene ningún riesgo, salvo una pequeña inflamación o enrojecimiento cutáneo donde se haya intervenido. ¿Qué recomendación puede dar a la gente que pensaba hacerse una operación y después de este caso que tomó notoriedad optó por abandonar la idea? “Que se asesore con el Círculo Médico o el Ministerio de Salud Pública de la provincia sobre quiénes son los médicos habilitados y capacitados para hacer una cirugía”. (Fuente: Diario Uno)