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or Daniel Tirso Fiorotto Estudiantes, artistas, periodistas, docentes, investigadores, gremialistas, dirigentes sociales y políticos, coincidieron en un Manifiesto que debatieron durante dos meses, y junto a reclamos y proyectos con vistas al Bicentenario de la Revolución de Mayo, pusieron énfasis contra el avance europeísta sobre las Malvinas. La carta contiene cuestiones que habitualmente son consideradas banderas de sectores llamados “de izquierda”, como la nacionalización de las tierras en manos de extranjeros, una reforma agraria integral, un repudio “al saqueo” de las multinacionales en distintos rubros, una sólida defensa del sistema federal y de distribución de las riquezas, un plan para avanzar en la confederación de los pueblos suramericanos “del Río Bravo al Polo”, y una fuerte recriminación al pago de la deuda externa ilegítima. También denuncia el maltrato a las mujeres, y contiene reclamos contra la discriminación negativa, y a favor de los sistemas cooperativos y del funcionamiento de la república con independencia de poderes. Se expresa por el combate al hambre y el analfabetismo a través de los principios de la soberanía alimentaria y a favor del ingreso universal a los niños y adolescentes. En el punto 6, los entrerrianos y santafesinos proponen: “Luchar contra todos los vestigios de colonialismo en Nuestra América. En particular, rescatar a las Malvinas, esa herida abierta, como territorio nuestro, y como símbolo de unidad y dignidad de la Argentina y de los pueblos suramericanos”. La declaración, la fundamentación de los derechos argentinos y las medidas concretas y escalonadas que los manifestantes proponen, son la respuesta civil más firme que se ha conocido en esta semana, a la entrada en vigencia del agresivo Tratado de Lisboa. Para empeorar, la presidencia de la comunidad europea recae este 1º de enero en España, de modo que será España, la llamada por algunos todavía “madre patria”, la primera en gobernar con el Tratado de Lisboa en vigencia. Y si faltaba algo, la británica Cathy Ashton fue elegida Alta representante. Presidirá desde enero todas las reuniones de los ministros de Asuntos exteriores y ejercerá una de las vicepresidencias de la Comisión Europea. Diferencias con Kirchner El martes 1º de diciembre entró en vigencia el Tratado de Lisboa, que crea la Unión Europea en vez e la Comunidad, y reconoce como asociados a los territorios no europeos de los países aliados. Allí es donde Gran Bretaña incorpora a las Islas Malvinas y las demás islas del Atlántico Sur y a la Antártida Argentina como parte de sus territorios de ultramar, y por tanto, de Europa. Durante una conferencia de prensa en la Cumbre Iberoamericana, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner aclaró esta semana que la inclusión de nuestros territorios en el Tratado de Lisboa “ha sido protestada” y por eso “no altera nuestro derecho sobre las islas Malvinas”. “Todos los países somos miembros de las Naciones Unidas, que tiene sancionadas normas interpelando a ambas partes para que se sienten a la mesa de negociaciones lo que hasta ahora no ha ocurrido por la negativa rotunda de Inglaterra a cumplir con la resolución de Naciones Unidas”, insistió Kirchner. Para los manifestantes entrerrianos y santafesinos, en cambio, “pese a la gravedad de esta decisión, el gobierno argentino accionó en términos diplomáticos pero no explicó al pueblo las consecuencias de esta nueva embestida europea. Apenas una presentación formal, pero no una acción política dentro y fuera del país para que el pueblo esté alerta y los países sepan que lo nuestro va en serio”. “Si algunos gobiernos decidieron desmalvinizar a los argentinos, a los suramericanos, nosotros en cambio proponemos escuchar y obedecer la voz de los pueblos suramericanos que nos mandan malvinizar. Porque las Malvinas resumen decenas de símbolos de la resistencia de los pueblos de Nuestra América a la opresión imperialista contra nuestros derechos soberanos, opresión por vías diversas que desnuda la connivencia de los poderosos de Estados Unidos y Europa y sus cómplices de acá, y que a nosotros, las mujeres y hombres de Nuestra América, nos exige estar alerta. Nuestra lucha justa por las Malvinas es una negación palpable del ‘fin de la historia’, una demostración más del creciente conflicto norte-sur”, afirmaron. Las Malvinas en la Bandera Luego de distintas consideraciones, los manifestantes entrerrianos y santafesinos sugieren “proponer a los argentinos que analicemos la posibilidad de incorporar (por un lapso que el pueblo decida) el mapa de las Malvinas en la Bandera nacional, convirtiendo así en las Malvinas la banda roja de la Bandera de José Artigas y todo el hondo significado de esta franja: independencia, república, federalismo, unidad de los pueblos, antiimperialismo, dignidad, distribución de riquezas, consideración con los humildes y marginados, igualdad”. “La medida permitirá extremar la lucha en paz por nuestros derechos suramericanos, y denunciar con renovados bríos concreto las apetencias colonialistas e imperialistas sobre el Atlántico sur. El debate será impulsado desde esta consigna de la JAPL: mientras la Bandera Argentina no pueda estar en las Malvinas, las Malvinas estarán en la Bandera Argentina”, dice el Manifiesto. Luego se lee: “La última dictadura, contraria a los intereses nacionales y populares, y genocida, tomó una decisión oportunista sobre las Malvinas. Pese a esa terrible experiencia, las Malvinas son el símbolo de luchas jamás resignadas desde distintos frentes y en distintos momentos históricos de Suramérica contra el colonialismo y la rapacidad de Gran Bretaña, los Estados Unidos y sus poderosos aliados. Nuestros héroes, los que quedaron y los que volvieron, son testigos incomparables de esas luchas. Con las Malvinas denunciamos también el atropello de las armas estadounidenses en Suramérica. No, no y no, a las armas yanquis, ni en Colombia ni en ninguno de nuestros territorios suramericanos”. “A los partidos políticos y los países que no denuncian la usurpación de las Malvinas ni reconocen nuestros esfuerzos pacíficos, advertirles que están con el colonialismo, contra Suramérica, y que si continúan enredados en su hipocresía no pueden llamarse amigos nuestros”. En otro punto proponen “llamar a los pueblos europeos y del norte del Río Bravo a repudiar el colonialismo de los poderosos que los gobiernan”. El Manifiesto fue divulgado a través de la página www.juntaamericana.com.ar, y enviado a los medios masivos de comunicación. Los héroes en la memoria “Muchos argentinos, héroes suramericanos, dejaron sus cuerpos en nuestras islas Malvinas durante la guerra de 1982. Murieron muy jóvenes, peleando contra las potencias económicas y militares más grandes del planeta, lo que los hace todavía más dignos de homenaje y recordación. Otros combatientes cargan hoy con orgullo las cicatrices de la guerra, y otros murieron después, víctimas de las secuelas de la guerra y del olvido a que fueron expuestos por gobiernos serviles del colonialismo. Los argentinos contrajimos entonces o consolidamos luego un compromiso irrenunciable con ideales y personas que se sintetizan así: las Malvinas”. “¿Por qué las islas Malvinas en rojo? El rojo es el color de la sangre derramada por la independencia, el federalismo, y la dignidad. Eso involucra a nuestros héroes muertos y heridos por defender los intereses suramericanos en Las Malvinas. El rojo, el color que representa al más profundo sentimiento humano, el amor, fue izado en principio por la revolución libertaria, republicana, federalista, distribucionista encabezada por José Artigas en la Liga de los Pueblos Libres. Recuerda y honra a la población originaria, a negros y criollos, y sus ideales de independencia, república, federalismo, resistencia al imperialismo, atención privilegiada de los más “infelices”, solidaridad, igualdad (naide es más que naide), distribución de tierras, respeto a las comunidades diversas, libertad. Y también es el color que apreciaron nuestros gringos que aportaron aquí sus luchas y su sangre por los derechos obreros y la justicia social, familias que venían de un pasado de luchas cruentas en una Europa que se desintegraba y se encaminaba a dos tremendas guerras mundiales”. Panzaverdes protagonistas Hay hechos puntuales que aún permanecen sin reconocimiento masivo, como el esfuerzo y la valentía de los 18 militantes peronistas que, aquel 28 de setiembre de 1966, en plena dictadura de Onganía, arriesgaron sus vidas para plantar las banderas argentinas en las islas usurpadas, y se quedaron dos días custodiando la soberanía. Maravilloso gesto”. “Como entrerrianos y santafesinos, tenemos un compromiso adicional con la liberación de Las Malvinas, si recordamos que el panzaverde Antonio Rivero, el Gaucho Rivero, nos enseñó a resistir la embestida británica y junto a sus compañeros les bajó la bandera a los invasores en los aciagos días de 1833 y 1834, para izar la celeste y blanca, hasta que fue hecho prisionero por los ingleses, y olvidado (si no escondido) por los sectores de poder en la Argentina. Esa proeza que enorgullece al peón argentino, al obrero suramericano, nos llena de ánimo”. “Hay otros ejemplos del ingenio argentino, desde las bases. En Paraná, Entre Ríos, un reconocido periodista abrió su programa radial todos los días, durante muchos años, recordando los años, meses y días de ocupación británica de nuestras islas Malvinas. Esa iniciativa fue imitada por varios medios y periodistas en distintas ciudades de Entre Ríos. Son pequeñas grandes luchas, que la historia reconocerá un día, y nosotros queremos subrayar”, dice el Manifiesto. Debe recordarse que por varios años, el diario Uno sostuvo esta iniciativa en sus páginas todos los días. (Fuente: Diario Uno)