P
or estos días, amedrenta la cola de gente que se forma cada mañana frente a la sede del Anses. Así sucede desde el 29 de octubre cuando el gobierno nacional anunció la generalización de la Asignación por Hijo, de 180 pesos, para desocupados y trabajadores en negro. Pero la demanda de atención, en la sucursal local, es mayor aun desde que el martes 1º de diciembre se comenzó a hacer efectivo el pago de este haber. Sobran motivos para que demasiada gente se haga presente en la sede de calle España: documentación incompleta de un niño, dudas respecto del titular del derecho al cobro de esos 180 pesos, consultas que no logran evacuarse a través de mecanismos instaurados como el mensaje de texto, el número telefónico habilitado a tal fin, el ingreso de los datos en la página web del Anses. Todos y de todo No menos de 20 minutos debe esperarse, en la cola, bajo el sol, sobre la vereda de calle España que llega en algunos momentos hasta la esquina con Libertad. Cuando se está a un paso de la puerta, ya uno se encontrará con Ricardo, un empleado de la sucursal local al que se pretendió entrevistar pero las autoridades hicieron saber que no estaba autorizado. La historia, en el Anses, recién empieza. Este trabajador asignará un número y le dará, cortésmente, un lugar del salón del que casi no se tiene escapatoria. Se comprobará, con desesperación, que faltan entre 200 y 300 números para ser atendido. Ricardo hará que no sea literalmente así. “Entre el 140 y el 150 –levanta la voz a la muchedumbre- ¿quién viene para consultar dónde se cobra la asignación universal?”. La pregunta, repetida cada tanto y buscando decenas de personas entre cientos, encauza el trámite de la mitad del conglomerado de gente que entrega su documento y en no más de media hora podrá irse con una respuesta. Cuando Ricardo observa que hay demasiadas personas que llegan del Banco Nación, para pedir una “constancia”, levanta la voz de vuelta hacia el tumulto: “La presidenta, en el último decreto, dispuso que si no hay DNI no se puede cobrar. No hay constancia del Anses que sirva para poder cobrar. Deberán tramitar el DNI en el Registro Civil. Sepan igual que hoy están de paro”, sigue Ricardo canalizando las demandas. “Los que esperan la respuesta a la consulta de dónde cobran, pasen por aquí señores, por favor, ocupen los asientos vacíos y esperen que se los llamen por nombre y apellido”, ordena a la gente Ricardo que continúa: “Caja 1 para saber si cobran los 180 pesos y dónde; cajas 2, 3 y 4 para los otros trámites”, explica, rodeado de carteles que indican, pareciera que inútilmente, cómo se hace esa consulta, de la caja 1, a través de un mensaje de texto. “El celular, con los mensajes de texto, está funcionando”, se informó desde Anses. Pero Carina, con su bebé, asegura que envió bien el mensaje y que no le respondieron por lo que decidió ir personalmente. Otra joven le aconseja: “Lo que anda es la página web, yo pude saber que a ella –señala a su hija- no estaba en los padrones y por eso vengo”. Casos Ricardo vuelve a levantar la voz, menciona el nombre de una compañera en Atención al Público: “Va una chica, atendela sin demoras, tiene un hermano internado grave”, indica y ya debe volver a escuchar, nuevamente con respeto, a ese señor al que ya por tercera vez le hizo saber que “ya lo van a llamar”. Un domador de angustias, expectativas, esperanzas en una muchedumbre donde cada quien es igual al otro, carga con sus obsesiones, con sus prepotencias, sus ínfulas. Mucha gente ha sabido de demasiados maltratos en la vida. Y de repente, vuelve a sentir que no puede ya pasar las fiestas sin nada que llevar a la mesa. Se hace inaceptable, otra vez, un trámite más que falta para poder cobrar por los chicos que lloran, que son cuatro, uno no cesa de mamar, todos de una mamá que no llega a los 20 años. Hay decenas de chicos que lloran como si fueran más, madres muy jóvenes, abuelas que ya no pueden con las piernas, padres sin trabajo, desahuciados, con la repentina expectativa que tuvo al saber que cada uno de sus chicos tenía un derecho. Y Ricardo que, de algún modo, es garante de que todas esas cosas juntas, amuchadas, no se desborden en la sucursal de calle España ni pierdan escala humana. 600 personas acuden cada día a Anses Según se informó desde el organismo, por estos días llegan más de 600 personas a la sede del Anses. Y alrededor de 400 concurren específicamente para terminar sus trámites o hacer consultas por la Asignación por Hijo lo que obligó a extender el horario de atención, para estos casos, hasta las 16. (Fuente: El Diario).-