E
l sueño de muchos, podría decirse. Levantarse una mañana y descubrir que uno tiene un pariente que le ha dejado una fortuna. Pues bien, en Hungría ese sueño se hizo realidad para dos hermanos. Zsolt y Géza Peladi viven en la calle, al menos por ahora. Estos dos vagabundos acaban de heredar 111 millones de euros de su abuela materna. La prensa húngara se hace eco de la suerte que les tocó a estos hermanos "sin techo", de 41 y 39 años. Como si fuera una película, ambos viven en las afueras de Budapest y sí bien sabían que su madre, que los abandonó y aparentemente falleció hace años, provenía de una familia muy rica, hacía muchos años que no mantenían contactos con ninguno de ellos. "Sabíamos que nuestra madre pertenecía a una familia rica pero ella era una persona difícil y rompió lazos con sus parientes. Ni siquiera sabemos si le contó a nuestra abuela sobre nosotros", contó Geza. " La vida de los Peladi cambió hace pocas semanas cuando fueron localizados por un trabajador social húngaro. No pretendía llevarlos a un refugio ni darles contención, sino uno de los más sorprendentes mensajes de su vida: un abogado alemán los estaba buscando pues eran los únicos herederos de la fortuna de su abuela, fallecida en la provincia alemana de Baden-Württemberg. En su testamento, la mujer nombró como única heredera de su fortuna a la madre de los dos Peladi. No obstante, un problema para hacer efectiva la herencia es que Zsolt y Géza no tienen un certificado de defunción de su madre, sobre cuyo fallecimiento dicen haber sabido a través de diversas informaciones, por lo que deberán ver cómo logran demostrar que ya no vive. Así, tendrán que esperar al proceso judicial correspondiente, que se celebrará en Alemania. De todas formas, los afortunados hermanos esperan sobre todo que ahora, con su mejorada situación, puedan encontrar pareja y amor, ya que, según explicaron, como vagabundos, "las mujeres ni nos miran". "Si esto funciona, realmente podría compensar todo lo que hemos pasado hasta ahora en la vida. Lo único que tenemos es a nosotros mismos. Pero con dinero, quizás podamos encontrar una compañera y tener una vida normal", agregó Geza.