U
n 1 de diciembre, pero de 1981, se diagnosticó el primer caso de sida en el mundo. Fue en Estados Unidos y por aquel entonces no se sabía nada de un virus que hoy afecta a 33,4 millones de personas en el mundo, según los últimos datos de ONUSIDA. El VIH se propagó tanto y tan rápido durante los 80 que, antes de que acabara la década, en la cumbre mundial de ministros de sanidad de 1988 se decidió dedicar un día a la lucha contra esta enfermedad, que era una emergencia de salud pública. Nació el Día Mundial del Sida. En todos estos años, el trastorno ha pasado de ser mortal a ser una patología crónica en la mayoría de los países desarrollados. Los fármacos antirretrovirales han permitido controlar la infección y mejorar la calidad de vida de los seropositivos. Sin embargo, a lo largo de estas casi tres décadas hay dos aspectos que han evolucionado poco y en algunos países casi nada: el estigma hacia los afectados sigue muy presente y sus derechos se vulneran sistemáticamente. Joan fue despedido de su trabajo, a María le quieren quitar la custodia de sus hijos, Pedro será el último en ser atendido en la sanidad pública y a Carlos le denegaron un crédito para la hipoteca. El motivo fue el mismo en todas las situaciones. Estas personas viven con VIH. Todos estos ejemplos son reales y de ellos ha tenido conocimiento el Observatorio de Derechos Humanos y VIH de RED2002. "En lo que llevamos de 2009, hemos recibido 114 consultas sobre posibles situaciones de discriminación. Un 35% ha sido por cuestiones de empleo, un 22% por situaciones en la atención sanitaria y un 14% por casos en la vida cotidiana (viajes, ocio, convivencia...) Tanto el acceso a seguros como las relaciones con la administración pública se llevan el 7% de las quejas", declara Joan Bertran de Bes, coordinador del proyecto. Pese a que la Constitución les protege, en España aún se vulneran los derechos de las personas seropositivas, indica esta ONG. También ocurre lo mismo en otros países. Precisamente, para llamar la atención sobre este problema, el eslogan elegido para conmemorar este año el Día Mundial es "Acceso Universal y Derechos Humanos". "Comprender el sida desde el punto de vista de los derechos humanos puede resultar difícil. Se trata muchas veces de un concepto idealizado pero no puesto en práctica. Por eso hemos pensado en unos textos informativos y concisos, orientados para ilustrar la relación entre el sida y los derechos. Son como el sueño al que aspiran los afectados", explican desde la Campaña Mundial Contra el Sida (WAC, según sus siglas en inglés), la organización independiente que desde 2005 se encarga de coordinar todos los eventos de esta jornada. Así, en primera persona, los protagonistas de los carteles elaborados para este Día Mundial, dicen en voz alta: "Yo soy aceptado", "Yo soy tratado", "Yo vivo mis derechos", "Estoy bien", "Estoy a salvo". Y, por encima de todo, dos reclamaciones: el derecho a vivir y el derecho a la salud. "El acceso al tratamiento y a los cuidados médicos es una parte esencial de los derechos humanos", explican en WAC. "Por eso recordamos que estos pacientes con VIH también los tienen y a veces se olvidan", añaden. Pocas pruebas y pocos fármacos Desde la Campaña Mundial del Sida inciden en la necesidad de hablar de la enfermedad abiertamente con el entorno más cercano y conocer la realidad del virus, "no quedarse en los mitos". Asimismo, insisten en la importancia de hacerse el test de VIH, que es la primera y principal medida de prevención. A pesar de que en nuestro país la prueba del VIH es gratuita y confidencial, más del 50% de los nuevos diagnósticos son tardíos y, de las 150.000 personas que se calculan que están infectadas por el virus, alrededor del 30% no se ha hecho nunca el test y no sabe que es seropositivo. El Ministerio de Sanidad y Politica Social recoge en sus últimos estudios que el 25% de los infectados que desconoce su estado es responsable del 54% de las nuevas infecciones. Según la Plataforma VIH en España, "la población no acude a hacerse la prueba por miedo al estigma, la discriminación o por inadecuada accesibilidad al sistema sanitario". Para Jorge del Romero, director del Centro Sanitario Sandoval, "es necesario concienciar más a los ciudadanos sobre la importancia de la prevención", pero también reconoce que "igual de importante es mejorar la formación de los profesionales de la salud, de atención primaria o especializada, con el objetivo de que sepan identificar factores de riesgo individual o indicadores clínicos que recomienden solicitar pruebas diagnósticas del VIH". En cuanto al acceso al tratamiento, el último informe de ONUSIDA sobre la evolución de la epidemia señala que casi cinco millones de personas seropositivas que necesitan medicación siguen sin ella. El recorte de los fondos para programas contra el sida, debido a la crisis, puede empeorar más la situación. La ONG Médicos Sin Fronteras denuncia que "tras una década de avances en la expansión del tratamiento del sida hemos visto progresos sustanciales tanto para los propios pacientes como para la salud pública en general. Pero los recientes recortes presupuestarios hacen que médicos y enfermeros se estén viendo obligados a rechazar a personas seropositivas, como si hubiésemos retrocedido a la década de los 90, antes de que el tratamiento estuviera disponible", declara el Dr. Tido von Schoen-Angerer, director de la Campaña para Acceso a los Medicamentos Esenciales de MSF. La falta de medicamentos obliga a muchos infectados, principalmente en África, a interrumpir la terapia. Este "descanso forzoso" se traduce en un aumento de la mortalidad, denuncia la ONG.