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a NASA anunció el hallazgo de agua en el fondo de un cráter de la Luna, cerca del polo sur, en su lado oscuro. Así lo reveló el análisis de material desprendido tras el choque provocado de una sonda, que fue lanzada el 9 de octubre pasado. Ese día, la sonda LCROSS Centaur se estrelló y creó el cráter Cabeus. Cuatro minutos después impactó otra, equipada con cámaras que habían tomado imágenes de los materiales desprendidos por la primera. En esos minutos registró la formación de una pluma de vapor y polvillo, y de una cortina de materiales más pesados, que no habían visto la luz solar en trillones de años. Los científicos habían especulado con el origen de las grandes cantidades de hidrógeno que habían observado cerca de los polos. Ahora, tras analizar el material que se desprendió tras el choque mediante espectrómetros se confirmó la presencia de agua, la que podría estar más extendida y en mayor cantidad de lo que se creía. "Encontramos agua, y no sólo un poco, sino una cantidad importante", reveló Anthony Colaprete, responsable científico de la misión. En un cráter "de 20 a 30 metros hallamos el equivalente de al menos una decena de baldes de 7,5 litros cada uno". "Los cráteres lunares a los que nunca ha llegado la luz del Sol son como cofres del tesoro: conservaron sus componentes con muy pocos cambios -destacó a Clarín Roberto Venero, de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de la Universidad Nacional de La Plata-. Por otro lado, el agua debe de haber llegado de alguna forma al cráter, quizá como resultado del impacto con un cometa. Su conservación inalterada la transforma en un importante objeto de estudio, para develar los procesos que dieron origen a nuestro Sistema Solar y que distribuyeron el agua en los planetas". Si bien por el momento no hay fondos suficientes, el proyecto Constellation plantea establecer una base humana en la Luna, para luego explorar Marte. El hielo de agua hallado, señala Venero, es "muy valioso como sustento para la vida y como fuente de hidrógeno, potencial combustible para naves espaciales. Seguramente será de gran ayuda para misiones tripuladas a la Luna". Un análisis de espectros Se determinó que era agua a partir de los datos recogidos por los espectrómetros, que examinan la luz emitida o absorbida por materiales que ayudan a identificar su composición. El equipo tomó señales espectrales conocidas de agua, cercanas al infrarrojo, y las comparó con el espectro de señales recolectadas por el espectrómetro del impacto. Ninguna otra combinación de otros compuestos que se probaron, dio los mismos registros. El hallazgo fue reconfirmado por una emisión del espectro ultravioleta atribuido al hidroxilo, un compuesto que se forma a partir de la ruptura del agua con la luz solar. Las señales de hidroxilo fueron consistentes con vapor de agua al rayo del Sol. (Fuente: Clarín)