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espués del escandaloso episodio del represor Juan Daniel Amelong durante un juicio por delitos de lesa humanidad que se realiza en Rosario, el general retirado Fernando Verplaesten quiso armar su circo propio. Mientras que en Rosario el ex teniente del Ejército había intimidado a la querella con un exabrupto, Verplaesten insultó este miércoles con mímica y gestos en los que se pudo leer, según los abogados de las víctimas: "Hijos de puta...la puta que los parió". La lamentable escena que interpretó Verplaesten se vivió en el marco de la tercera jornada del juicio contra los ex generales Reynaldo Bignone (último presidente de facto), Santiago Omar Riveros, Eugenio Guañabens Perelló, Jorge Osvaldo García, Carlos Alberto Tepedino, Eduardo Alfredo Esposito y el comisario retirado Germán Montenegro. Todos se negaron a declarar ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº1 de San Martín, que los juzga por 56 casos de secuestros, torturas, desapariciones y muertes cometidos entre 1976 y 1979 en los cuatro Centros Clandestinos de Detención que funcionaron en Campo de Mayo. El episodio fue denunciado por los abogados ante la presencia del tribunal cuyo presidente Héctor Sagretti ordenó a Verplaesten no hacer ningún tipo de manifestación y "guardar el decoro". El tribunal, que resolvió pasar a un cuarto intermedio de dos horas, deberá resolver el pedido de que Verplaesten sea declarado insano para lo cual debería ordenar una nueva pericia médica pedida por la defensa. De todas maneras, al comienzo del juicio, los magistrados declararon inimputable al ex general Eduardo Esposito, que quedó afuera del proceso judicial. En Rosario, Amelong pidió "bencina" El martes, el represor Juan Daniel Amelong protagonizó un exabrupto similar en Rosario durante un juicio por delitos durante la última dictadura militar. Según denuncio una de las abogadas de la querella, Virginia Blando Figueroa, Amelong habría manifestado, provocador: "Esto se está poniendo calientito. Lo que hace falta acá es un poco de bencina". Acto seguido, la abogada pidió que el represor fuera retirado del recinto y el presidente Otmar Paulucci pidió que se investigara. En tanto, desde la defensa, el abogado Héctor Galarza Azzoni aseguró que la expresión nació de una "conversación privada entre defensor y defendido que tiene garantía constitucional" y que no debería ser interpretada como una intimidación.