O
rquesta Roja no es otra costa que un documental sobre los absurdos hechos de abril de 2000, cuando en la pantalla de Crónica TV, y con placa roja, y a través del histrionismo desmedido de Radio 10, se hizo el anuncio urbi et orbi del paso a la clandestinidad para iniciar "la lucha armada contra el capitalismo" del denominado comando Sabino Navarro. Y los protagonistas de ahora, las estrellas de Orquesta Roja, son los mismos intérpretes de entonces: José Comandante Chelo Lima, Carlos Comandante Carlitos Sánchez, y Patricia Sargento Pato Rivero, tres subproductos de la política clientelar de esta provincia que un día decidieron alzarse en armas, aunque con una puesta en escena barata: pasamontañas, fusiles oxidados y uniformes camuflados de liquidación. Eso mismo retrata el film de Herzog —nació en 1979 en Santa Fe, estudió Comunicación Social en la UBA, se formó en actuación con Beatriz Matar y Alejandro Catalán, director, en 2006, del mediometraje documental Blues maestro—, puesto en el calendario oficial del Festival de Mar del Plata. La sinopsis que cuenta la página oficial del Festival dice: “El 5 de abril de 2000, la pantalla de Crónica TV anunciaba, con tipografía catástrofe y sintaxis complicada, que el “Grupo Comando Sabino Navarro quiere enfrentarse con las armas”. Desde algún lugar de la selva entrerriana, y bajo los pasamontañas de rigor, los comandantes Chelo, Carlos y Pato anunciaban la vuelta de la lucha armada a la Argentina y auguraban, esta vez sí, la derrota del capitalismo. Millones de espectadores y oyentes de radio siguieron con preocupación las transmisiones, pero para esa misma tarde ya era público y notorio que todo había sido una puesta en escena de Juan María Lima, Carlos Sánchez y Patricia Rivero, militantes añejos y líderes piqueteros cansados de la indiferencia de las autoridades; la “selva” era apenas un parque de la costanera de Concordia. Después de la cárcel y la condena social, Herzog los convence para que actúen su propia historia. Pero Orquesta Roja no es esa película sino una extraordinaria –en todo sentido– cruza entre su making of, cine dentro del cine, policial negro con todas las de la ley y documental; un agudo documental no sólo sobre el “confuso episodio” de aquel 5 de abril, sino además sobre el papel de los medios de comunicación y el cine en la construcción de esa ficción”. La exhibición de la película será el miércoles 11, a las 10, para la prensa, mientras que el resto del público será el mismo día, pero a las 20 en el Cine Colón de Mar del Plata. Así, el gran público podrá enterarse de cuáles fueron los entretelones de aquella payasada que hizo estallar los nervios de la incómoda administración del ex presidente Fernando de la Rúa al menos durante un par de horas. Fue el 5 de abril de 2000 cuando Lima, Sánchez y Rivero se calzaron la máscara de subversivos a destiempo, se autodenominaron Comando Sabino Navarro –el nombre de un militante de Montoneros de la década de 1970—y se lanzaron a las indómitas tierras de la selva entrerriana, que no era otra cosa que el Parque Rivadavia, cerca del centro de Concordia. Resuelto el acertijo de quiénes eran y qué perseguían, no hubo contemplación con ellos: los pusieron en el banquillo de los acusados, por incitación pública a la violencia colectiva, atentado al orden constitucional y a la vida democrática. Ellos, extraviados en sus pesadillas revolucionarias, intentaron en vano ser reivindicados, y se lanzaron con un pleito contra el Estado, con un pedido de resarcimiento por un monto de 3 millones de pesos, que no prosperó. En 2001 Lima volvió a cobrar notoriedad con un saqueo a un supermercado de Concordia, y cuando los cortes de ruta hacia el Uruguay por las papeleras fueron noticia, también se subió a esa ola, aunque en los últimos tiempos su estrella comenzó a apagarse, de modo paulatino. Ahora, la pantalla grande lo instala otra vez en escena, actuando su propia actuación, la de la chirinada aquella. (Fuente: El Diario)