A
lejandra Moskalonek, psicóloga de la Subcretaría de Atención a las adicciones del Ministerio de Desarrollo Social del Gobierno de la provincia de Buenos Aires, dijo que " es una nueva preocupación . El verano pasado aparecieron casos de adolescentes, especialmente chicas, que combinan la patología de la anorexia con el alcoholismo. Es una moda incipiente, pero peligrosa". "Toman para no comer, porque suponen equivocadamente que el alcohol quema las grasas. Pueden sufrir descompensaciones clínicas . Además, el alcohol los duerme, los vuelve agresivos, o más tristes. Y la supuesta inapetencia es irreal, y les puede causar gastritis", añadió. Marcelo Bregua, psicólogo clínico y coordinador de la Asociación de Lucha contra la bulimia y la anorexia (ALUBA), relató que el argumento de los chicos es que no tienen hambre porque se levantan tarde y no tienen tiempo para comer, "pero en realidad lo hacen para no subir de peso. Piensan erróneamente que serán más aceptados en su grupo de amigos si consumen alcohol y si son delgados . Dejan de comer, para tomar más y que el cuerpo no les cambie". Por su parte, Mónica Nápoli, médica toxicóloga y miembro de la Asociación Toxicológica Argentina, dijo que la "alcohorexia" aún no está reconocida como un desorden psicológico, " pero estimamos que ya hay miles de casos en nuestro país ". Finalmente, Alberto Álvarez, médico psiquiatra y psicoanalista de la Asociación Psicoanalítica Argentina y la Fundación del Campo Lacaniano, alertó que "los adolescentes y los jóvenes perciben al alcohol como un medio para estar flacos y para tener la sensación falsa de omnipotencia frente al mundo. Niegan el peligro que implica para su salud y su vida. En una hora pueden tomarse una botella de vodka y eso puede dejarlos en coma ".