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osa Elsa Parrilli, la jueza que amenazó e insultó a dos empleadas de tránsito cuando fue a reclamar una multa, recibió el beneficio de la probation y evitó enfrentar el juicio oral que podía terminar con la funcionaria tras las rejas. Ahora, por decisión del juez contravencional Norberto Circo, la jueza deberá realizar tareas comunitarias en Cáritas durante un año y medio, y no podrá manejar durante ese mismo lapso de tiempo. Además, deberá indemnizar a las dos empleadas agredidas con 5.000 pesos a cada una, tal como lo había ofrecido ante el juez que accedió al pedido. Por otro lado, el fiscal Ángel Carestia, quien el domingo se manifestó en contra de una probation a la jueza, a quien había denunciado en la justicia penal por los delitos de amenazas y discriminación, ya anticipo que apelará la medida del juez Circo antes del fin de semana. La decisión de Circo oscilaba entre aceptar el pedido de probation solicitado por Parrilli o confirmar la elevación a juicio. Por otra parte, este martes el Consejo de la Magistratura porteño se reunirá para resolver si envía o no a la magistrada a juicio político. Diez días atrás, la titular del Juzgado Contravencional Nº 28 de la Ciudad hizo su descargo por escrito: se disculpó por llamar “tontitas” y tratar de “morochas” a las dos empleadas de tránsito, y a cambio de suspender ese juicio, ofreció hacer tareas comunitarias, entregar su registro de conducir por un año y pagarle 5 mil pesos a cada una de las empleadas, María Itatí Albe y Rocío Marlene Gómez, quienes, al igual que el fiscal, se opusieron a la oferta. El 24 de septiembre último se difundió el video de una cámara de la playa de infractores de 9 de Julio y Sarmiento en el que la jueza insultaba a dos empleadas. La magistrada se había acercado a ese lugar para retirar su auto, que había sido acarreado por mal estacionamiento en Rodríguez Peña al 400. “Todas morochas, ni una rubia contratan”, había gritado la jueza a las empleadas, a quienes amenazó con encarcelarlas. También se jactó de no pagar nunca las multas. La denuncia ante el Consejo de la Magistratura estuvo a cargo del ministro de Justicia y Seguridad porteño, Guillermo Montenegro. A partir de la repercusión del video, la mujer se pidió dos semanas de licencia. En su descargo, la jueza aseguró que su comportamiento se debió a problemas de salud, sumados a unos inconvenientes de su hija que influyeron en su ánimo. También en el escrito, sostuvo que estar avergonzada por el episodio y afirmó su intención de disculparse con las dos chicas en persona. Además, ofreció dos nuevos testigos para que declararan ante el Consejo.