E
l gobernador Sergio Urribarri mantuvo este martes en Miami una reunión de reunión de trabajo con productores de arándanos de Entre Ríos radicados en Miami. Ulises Sábato, titular de Blueberry y Juan Escordia, representante de la firma en la provincia y titular de la Asociación de Productores de Arándanos de la Mesopotamia Argentina (APAMA) sostuvieron que “la actividad arandanera entrerriana está llamada a constituirse en el principal polo de Latinoamérica por la cantidad de hectáreas cultivadas, por la importante infraestructura que la sustenta y por su calidad derivada de las especies y de la estacionalidad”. "Los empresarios le agradecieron las gestiones realizadas ante diversos organismos financieros para prefinanciar exportaciones y responder a diversas necesidades que se presentaron al sector a partir de la caída de precios y demanda en la última campaña arandanera", destacaron desde el gobierno. Hoy hay 1550 hectáreas de de producción de arándanos en Entre Ríos. Temas tales como el ingreso del producto a los EE UU, la marcha de la producción y la posibilidad de lograr líneas de financiamiento ante el BID para cobertura ante la posible caída de granizo fueron abordados durante la reunión, además de las certificaciones internacionales y el sello de calidad de Entre Ríos para incrementar la producción y mejorar los precios en el mercado. “La actividad arandanera en Entre Ríos, a pesar de su importancia relativa, recién está dando sus primeros pasos. Las primeras explotaciones datan del año 2000 y según Sábato, la provincia tiene las mejores variedades, un empresariado que continúa aprendiendo y está en el camino correcto, muy buena logistica y fuertes ventajas frente a otras zonas productoras, como Tucumán”, dijo el empresario. “Esperamos que el año próximo sea mejor que el 2009, Ya hemos tenido piedras, malas temperaturas y caída de los mercados. Sin embargo, continuamos trabajando para mejorar la calidad y ya se empieza a visualizar una mejora en los precios internacionales”, sostuvo Sábato. El empresario informó a Urribarri que “para la temporada que viene, la cantidad de hectáreas explotadas será menor, pero con una mayor productividad y que a esta altura del año se puede asegurar que la totalidad de la producción estará colocada en el mercado de EE UU”. Por su parte, el gobernador entrerriano señaló que el gobierno está trabajando en los acuerdos necesarios con un instituto muy prestigioso para que la producción de la provincia de Entre Ríos tenga la posibilidad de certificar calidad con un sello propio que satisfaga los estandares de los mercados más exigentes y a su vez les expresó su voluntad de continuar trabajando para mejorar la infraestructura energetica y de transporte que faciliten la salida de la producción. Asimismo, Urribarri se comprometió a gestionar financiamiento para que el sector arandanero pueda ganar en competitividad a partir de obras que lo protejan de fenómenos climáticos extraordinarios que - cuando se producen -afectan a miles de trabajadores del sector. La localización del cultivo del arándano responde tanto a ventajas comparativas como competitivas que posibilitan el progreso de esta actividad. Las ventajas que posee la región se relacionan con la dotación de recursos naturales adecuados para el cultivo, tales como las características del suelo, clima y recursos económicos, así como el capital financiero, las personas involucradas ya en procesos agroindustriales de este tipo (la mayoría citricultores), la cercanía a los puertos de exportación y la cosecha a contra estación de los principales consumidores de arándano. La gran demanda de este producto se encuentra en el Hemisferio Norte, principalmente Estados Unidos. Es en este marco, que se insiste en que la principal ventaja competitiva del arándano está dada por la contra estación. Tratándose de un fruto altamente perecedero, los principales países consumidores (Estados Unidos y Canadá, y algunos de Europa como Italia, Inglaterra, Alemania y Holanda) quedan desabastecidos en la temporada otoño-invierno (nuestra primavera-verano). Esta necesidad de importar fruta para consumo, indefectiblemente otorga a los productores argentinos un beneficio significativo que se traduce en mejores precios La planta de arándano tiene un año y medio de vida cuando se la implanta y recién a los dos o tres años se consiguen las primeras frutas, además, como toda planta, a medida que va creciendo va incrementando su productividad. El arándano recién en el octavo año de vida, el sexto de plantado, comienza en su plena producción que puede rondar los 10 mil kilos por hectárea. Entre las 40 frutas más consumidas en el mundo, el arándano es una de las que tiene mayor poder antioxidante. El 60% de la producción del arándano se destina a la industria, la elaboración de dulces, pasteles, helados y yoghures, aunque año tras año se descubren nuevos usos. Últimamente han aparecido en el mercado estadounidense el jugo natural y los arándanos congelados deshidratados (liofilizados), para ser consumidos posteriormente con cereales. El 40% restante de la producción se consume en fresco.