E
l Instituto Obra Social de la Provincia de Entre Ríos (Iosper) rechazó formalmente la posibilidad de incorporar a su padrón de beneficiarios a los jubilados del Banco de Entre Ríos, tal como había sido la pretensión del titular de la Caja de Jubilaciones y Pensiones, Daniel Elías. “La decisión es ésa: no aceptarlos. Y esto lo resolvimos por una cuestión financiera. Se trata de gente que tiene un promedio de edad superior a los 60 años, que tiene alto consumo, y que ya tiene su obra social, que es la bancaria”, explicó Silvio Moreyra, titular del Iosper. Al respecto, sostuvo que “para nosotros el tema se cerró. La posición oficial es no aceptarlos como afiliados. El problema, aunque lo comprendemos, no es nuestro. La Nación debería dar respuesta, porque es una obra social nacional. Con esto, queremos cortar con una serie de anuncios que se venían haciendo en torno a este tema”. En los últimos meses, Elías mantuvo sucesivas reuniones con un grupo de unos 750 pasivos que procuran desprenderse de la cobertura de la Asociación Bancaria, y traspasar al Iosper, obra social que formalmente comunicó su voluntad de no darles cabida. En un comunicado que difundió, el directorio dio a conocer su voluntad de “recordar y aclarar, principalmente a sus afiliados y a la opinión pública en general, que con respecto al ingreso como afiliados al Iosper de los jubilados del ex Banco Entre Ríos, quienes tienen el beneficio de la Caja de Jubilaciones de la Provincia, no pueden ingresar como tal por pertenecer, originalmente, a un sistema nacional, que es quien tiene la obligación de darle respuesta a su demanda”. Al respecto, el directorio del organismo se solidarizó “con el pedido de público conocimiento de dichos jubilados, que tienen pleno derecho de reclamar por una obra social que les brinde coberturas ciertas ya que han quedado desamparados, pero no es el Iosper el que tiene que brindarle la solución a su reclamo”. El argumento para pedir el traspaso al Iosper de los pasivos bancarios se apoyó en el hecho de que la obra social bancaria no les estaba dando la cobertura médica que requieren. Se trata de unos 750 pasivos que, de ser aceptados por el Iosper, le reportarían al mes a la obra social unos 240 mil pesos en concepto de aportes y contribuciones. “Es una población que tiene un haber promedio importante, y por lo tanto la contribución económica que tienen para realizar a la obra social indudablemente está por encima de la media, aún de los beneficiarios que hoy tiene el Iosper a este mismo nivel de promedio etáreo. Tienen un promedio de aporte más que interesante”, sostuvo en su momento el presidente de la Caja de Jubilaciones y Pensiones. No obstante, el Iosper echó por tierra con esa posibilidad, y fundamentó su decisión en la “en defensa de los afiliados obligatorios”. Además, según la ley de creación del instituto, en su artículo 4°, inciso “b” prevé que, “estos mantendrán su obra social de origen, en este caso la obra social bancaria”. “Nosotros estamos acá para defender los derechos de los afiliados obligatorios que han aportado al sistema durante toda una vida. En cambio, los compañeros del Bersa aportaron a un sistema donde hoy lamentablemente no tiene servicios. Pero creemos que si hay que tomar una decisión de recibirlos, para acceder al Iosper tendrá que ser con los aportes necesarios”, respondió, en medio de la discusión, Moreyra. El argumento que usó es que en todos los sistemas solidarios, un empleado empieza a aportar a los 20 años, y se retira a los 65 años, y en esa edad es donde la lógica de la vida dice que uno tiene problemas de salud. Entonces, ahí se dan los mayores consumos y la mayor cobertura. No ocurriría lo mismo con los pasivos bancarios, que durante su vida activa aportaron a la obra social bancaria, y ahora, durante el retiro, cuando más demanda médica tienen, escogen otra obra social a la que no aportaron. Por eso, el ofrecimiento del Iosper fue que se incorporasen como afiliados voluntarios, con un aporte muy por encima de los afiliados obligatorios, de 105 pesos promedio. (El Diario)