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Acá son todas morochas, ni una rubia contratan. Tontitas, no se dan cuenta quién manda acá. Mando yo y no tengo que pagar, como no pago nunca”. Así se despachó la jueza Rosa Elsa Parrilli contra dos empleadas de las oficinas la playa de infractores de tránsito del Obelisco que pretendían cobrarle la multa por mal estacionamiento y desató el escándalo. La escena fue filmada por las cámaras de seguridad del lugar y llegó al Ministerio de Justicia porteño, desde donde se inició una denuncia contra la jueza y provocó que el presidente del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Devoto, anunciara el inicio de una investigación sobre la titular del juzgado 28. Por su parte, la jueza Parrilli declaró que no sabe lo que pasó, que no tiene que pedir disculpas por el incidente y que sólo hablará "con gente con competencia, para dar sus opiniones". En tanto, el ministro de Justicia de la Ciudad, Guillermo Montenegro, precisó que "nada justifica discriminar y amenazar a quien está trabajando". "Es sumamente grave", dijo Montenegro al destacar que se trata de una jueza "que entiende claramente de lo está hablando porque es del Tribunal de Faltas". En contraposición a la conducta de la jueza, el ministro rescató "la actitud que tuvieron las dos chicas de tratar de tranquilizar a la jueza en todo momento y dirigiéndose a ella con educación y respeto, a pesar del nivel de agresión que estaban sufriendo, que era muy fuerte". Montenegro explicó que se abrió una "causa penal por el delito de amenazas y discriminación", y relató que las empleadas le habian manifestado que "no sea maleducada" y que ante esto Parrilli le contestó: "estás ante una jueza, espero que no caigas nunca en mi jurisdicción porque te meto presa ocho meses".