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o que el Estado destina para alimentar a las 115 mil personas que a diario se alimentan en los 1.468 comedores, la mayoría escolares, sólo alcanza a cubrir entre un 25 a un 50 % del costo real de los alimentos. El dato surge de un relevamiento que hizo la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer), en conjunto con la licenciada en Nutrición Carina Valli. Eugenio Jacquemain, que junto a Susana Romero, ambos de la seccional Gualeguaychú, llevó adelante el relevamiento, sostuvo que para conformar el menú diario se necesitan alrededor de 6 pesos, y el Estado aporta “en el mejor de los casos, 2,60 pesos”. “Nosotros relevamos varias escuelas, y lo que se observa es que el dinero que el Estado gira no alcanza para nada. O porque los productos están caros o porque las nóminas no están actualizadas, y van más chicos a comer de los que les reconocen”, señaló. “No fue sorpresa para nosotros el resultado cuando tomamos lo que reciben tanto para la copa de leche como para el comedor escolar. Vimos que el aporte del Gobierno, alrededor de 50 a 60 centavos para la copa de leche y de 2 pesos para el comedor sólo alcanza a cubrir entre el 25 y el 50% de lo necesario para dar a nuestros gurises ese aporte necesario, ya que los comedores reciben a los más humildes, justamente aquellos que no reciben en sus hogares, la alimentación necesaria”, sostuvo el dirigente. Según ese informe, “se considera que un desayuno correcto debe aportar un 20 % de las calorías diarias recomendadas según grupo biológico y el almuerzo un 40% de las mismas. Con desayuno y almuerzo se estaría cubriendo el 60% de la recomendación diaria de calorías, pero casualmente, muchos de los gurises entrerrianos asistentes a comedores escolares, no cubren el 40% restante en su casa debido a la situación económica”. Desarrollo “Un gran porcentaje de niños argentinos come mal, unos por exceso y otros por déficit de alimentos. Su dieta es inadecuada en cantidad y calidad. El niño en edad escolar se encuentra dentro de los grupos llamados vulnerables, siendo la causa de su vulnerabilidad la necesidad creciente de macronutrientes (carbohidratos o hidratos de carbono, proteínas y lípidos o grasas) y micronutrientes (vitaminas y minerales) y su incapacidad para adaptarse a disponibilidades de los mismos cuando estas no son óptimas”, señala el informe de Valli Y añade: “El desayuno es la comida fundamental del día, ya que realizarlo o no nos afecta de forma notable a corto y a largo plazo. Hay que recordar que a primera hora de la mañana el organismo lleva ya entre 8 y 10 horas sin recibir ningún alimento. La falta de glucosa empuja a nuestro cuerpo a quemar otras reservas energéticas, lo que causa múltiples alteraciones en el normal funcionamiento orgánico. En edades escolares, esto condiciona el aprendizaje y acarrea un descenso del rendimiento, ya que la capacidad de locución o expresión, de memoria, de creatividad y de resolución de problemas quedan particularmente afectadas”. En otra parte seguridad de muchos nutrientes especialmente importantes en el periodo escolar, época de gran crecimiento y desarrollo”, destaca. Pero enseguida advierte que el desayuno que ingieren “gran parte de los niños y adolescentes a primera hora de la mañana contiene un aporte calórico inferior a lo recomendado ya que consiste en estos sectores más humildes en: mate cebado o cocido con alguna galleta, y otros en sus hogares no cuentan siquiera con eso, por lo que los niños dependen del desayuno y almuerzo escolar para alimentarse”. Paradójicamente, apunta, los menúes que se elaboran en los comedores escolares no suelen respetar las necesidades alimentarias de los chicos, y a ese respecto dice que “si bien todos los principios nutritivos son importantes, en este periodo adquieren mayor relevancia las proteínas y, especialmente las de alto valor biológico que son las que favorecen el crecimiento y desarrollo de un niño. Para que esto pueda llevarse a cabo, es indispensable que la cantidad de proteínas que se consuma sea la adecuada y que el total de calorías de la dieta proporcionada por hidratos de carbono y grasas sea suficiente, porque de lo contrario la mitad de esas proteínas serán utilizadas para producir calor y energía dejando de cumplir otras funciones”. Invierten 2,9 millones por mes El Estado entrerriano gasta por mes 2,9 millones de pesos para sostener los 1.468 comedores a los que asisten 115.655 personas. En agosto último, el Gobierno anunció que modificaría el mecanismo de financiamiento de estos servicios, y resolvió aplicar un presupuesto para el período invernal, cuando la demanda es mayor, y otro para el período estival, cuando cae la cantidad de comensales. El aporte promedio por chico y por día ronda los 1,50 pesos a 1,75 pesos, aunque las proyecciones oficiales indican que se requeriría una suma no menor a los 2 pesos. En julio último, la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer) pidió al Gobierno una modificación de esos montos. Por eso, pidió un aumento de las partidas para comedores “atendiendo a que la alimentación equilibrada nutricionalmente es un aspecto fundamental en la salud de los niños y jóvenes y con $1,50 por niño, por día, es imposible acceder a la misma”.