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e la redacción de INFORME DIGITAL Cuando se decidió que se retomen las clases, luego del receso por Gripe A, el Estado provincial le hizo caso a los consejos de los expertos que indicaron que había una lista de enfermedades que podían hacer que algunas personas sean más vulnerables a la Influenza N1H1; y que por ello lo mejor era que se queden en sus casas hasta el 31 de agosto. Por ello, se conformaron los denominados “grupos de riesgo” (personas con enfermedades como: asma, bronquitis, padecimientos renales, VIH, lupus, embarazadas, diabéticos, pacientes oncológicos y otras más), los cuales fueron compuestos por la enorme cifra de 3 mil docentes. Por ello y porque la pandemia cedió lo suficiente, desde Salud decidieron que este martes los enfermos respiratorios, de lupus y renales, vuelvan a las escuelas. Las sospechas del CGE “Un grupo que no están encuadrados en el grupo que estableció Salud Pública, porque dijeron que quienes tienen cáncer, están con quimioterapia, padecen gripe o están inmunodeprimidos, deben volver a trabajar”, remarcó la presidenta del Consejo General de Educación (CGE) Graciela Bar. “En consecuencia -agregó- y por una nueva disposición, quedan cuatro enfermedades que no corren riesgo físico si vuelven a trabajar como lo son aquellos que tienen enfermedades renales, asma, bronquitis y lupus”. Pero Bar admitió que le “sonó raro” que casualmente se hayan enfermado “tantos docentes” cuando se dió a conocer la lista, pero reflexionó que “lo dicen los certificados y yo no soy médica, así que no se puede hacer nada”. ¿Una investigación? “Habría que investigar a los médicos que otorgaron certificados, por ejemplo a aquellos que dicen ser diabéticos, ver en realidad si lo son. Pero no se puede hacer nada, porque los médicos se cubren entre si, ya que aprueban y conceden certificados sin que el paciente no tiene la dolencia”, disparó Bar. Y dijo como una expresión de deseo que “habría que buscar médicos que tengan un compromiso con el Estado e investigar que quien presentó un certificado y no padecía ninguna dolencia o se quedó un mes en su casa, por una gripe, en vez de una semana, se les aplique la normativa; porque no puede ser que uno tenga gripe y a los siete días esté presente y otros se tomen un mes”. Trabajar una semana Como ya se dijo, el gobierno había dado en un primer momento un mes de licencias. Luego de la gran ausencia se decidió llamar a los suplentes para trabajar treinta días, al acortarse el tiempo, estos docentes que iban a cumplir funciones por un mes, lo terminaron haciendo tan solo por 7 jornadas. Los suplentes cobrarán la semana “Los docentes que cumplieron una suplencia por siete días, cobrarán lo trabajado ya que está todo debidamente documentado. Tenemos un sistema online (vía intenet), entonces cada vez que un profesor de biología, por ejemplo, fue tres veces en la semana, el director de la escuela, lo informó. Pero los docentes que aún corran riesgo no regresarán, seguirán los suplentes cumpliendo ese rol. Pero si puede, cesa la suplencia y vuelve la o él titular histórico”, destacó la presidente del CGE.