E

l padre Leonardo Javier Tovar decidió tomar postura en medio de la profunda crisis institucional que desde hace meses afecta al Hospital Santa Rosa, de Villaguay, donde un grupo de médicos ha resuelto poner en cuestión al director, Gonzalo Carril, quien llegó a ese puesto, dicen en aquella ciudad del centro de Entre Ríos, apadrinado por el intendente Adrián Fuertes. La postura de los profesionales fue ahora avalada por la Federación Médica de Entre Ríos (Femer), que pidió lisa y llanamente la “intervención” del Hospital Santa Rosa, y la separación de sus puestos de las actuales autoridades. El conflicto se inició en 2008, cuando los médicos renunciaron a cumplir con las guardias en demanda de mejoras, situación que todavía no se ha superado. Ahora, se sumó la renuncia del único anestesista con que contaba el nosocomio, Leonardo Pepey, y por eso las urgencias se derivan a Paraná o Concordia, o se resuelven a nivel privado. Aunque la cuestión tiende a agravarse: ayer el director del Hospital Santa Rosa recibió una carta documento firmada por los ginecólogos y tocoginecólogos, anunciándole que ante la carencia de anestesistas, dejarán ellos también de trabajar, y los partos quedarán sin asistencia. El padre Tovar entiende que el conflicto tiene una raíz: los médicos están disconformes con la forma cómo se produjo la designación del director, sin intervención del Colegio Médico, una práctica que hasta ahora había sido habitual. Por eso acusó, sin medias tintas: “La corporación está trabajando al mejor estilo mafioso. Presionan y extorsionan”. A la ruta El padre Tovar se mueve como pez en el agua cuando habla de la realidad interna del Hospital Santa Rosa, y de los condimentos de la política comarcal. Dice: “Al doctor Carril lo pone el intendente Fuertes. Es de la línea opositora del diputado Darío Argain dentro del Partido Justicialista. Por eso no llama la atención que el diputado Argain, que es presidente de la Comisión de Salud de Diputados, hasta ahora no haya dado la cara. En su propio departamento no da la cara, ni defiende los intereses del hospital”. —¿Los médicos siguen con el conflicto por las guardias? —Sí, continúan, las guardias no se cubren, y el hospital cubre la atención como puede. A eso se suma ahora el hecho de que el único anestesista que tenemos, porque el otro no trabaja por un cuadro de neumonía, está haciendo boicot, y renunció. Pero renunció sólo por oposición al director, porque no pudieron sacarlo. Entonces, aprovechan, como son pocos los anestesistas, mandan carta documento, presionando, porque saben que no es fácil conseguir anestesista. —También renuncian los ginecólogos. —Ya es una vergüenza. Es lo peor de todo. Mientras ellos se dicen defensores del hospital, no van a la guardia, y encima ahora quieren renunciar. Y acá el que paga todo esto es la gente, la gente pobre, que va a atenderse al hospital. —¿Y qué cree que va a pasar? —Hay que defender el hospital público, y la gente pobre que va a atenderse. Yo estoy dispuesto a hacer cualquier cosa para solucionar este problema. Si es posible, hasta salgo a cortar la ruta. Haría cualquier cosa para que se les devuelva la dignidad a nuestros enfermos. Fuente: Semanario La Ciudad (Villaguay)