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os españoles se encuentran conmovidos y no salen de su asombro tras haber conocido la noticia de la muerte del hijo de la víctima mortal de la Gripe A en ese país. El bebé, de sólo 10 días, no murió por el virus, sino por un "terrorífico error" médico, según informaron las autoridades del hospital en el que era atenido. El chiquito había nacido prematuro el 29 de junio pasado, cuando los médicos decidieron programar una cesárea de urgencia, a raíz del agravamiento del estado de salud de su mamá, Dalila Mimouni, una joven marroquí de 20 años, que murió al día siguiente por una complicación respiratoria derivada del virus de la Influenza A (H1N1). Su bebé, que nació a las 28 semanas y fue bautizado Rayan, no estaba infectado. A pesar de estar en buenas condiciones de salud, el chiquito murió. El director gerente del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, Antonio Barba, admitió para la sorpresa e indignación de la opinión pública que el nene falleció a causa de un "terrorífico error" cometido por el equipo de enfermería. Barba explicó que anoche se alimentó al bebé por vía intravenosa, en lugar de por la habitual sonda nasal que comunica con el estómago. Según los expertos, a un recién nacido prematuro, con los órganos todavía sin desarrollar plenamente, no se le puede administrar alimento por vía venosa. Cuando los médicos advirtieron el fatal error, "ya era demasiado tarde", admitió el director. Según informó, el hospital hará frente a las consecuencias económicas y a cualquier otra responsabilidad derivada de este caso de negligencia.