E
n un contexto de crisis económica y caída del turismo a nivel mundial, algunas aerolíneas parecen estar dispuestas a todo para reducir sus costos operativos y maximizar los beneficios. Tal parece ser el caso de la irlandesa Ryanair –líder y pionera entre las de bajo costo-, que estudia que parte de sus pasajeros viajen, prácticamente, parados. Para intentar llevar a cabo su idea, Ryanair –fundada en 1985 por el millonario irlandés Tony Ryan- le encargó al gigante aeronáutico estadounidense Boeing que estudie las posibilidades reales de la instalación de los materiales necesarios para que los pasajeros viajen de pie. "La idea está en una fase de desarrollo muy precoz", expresó el vocero de la aerolínea, Stephen McNamara. Lo que busca Ryanair es instalar, a un lado de la cabina, cuatro filas de tres soportes, con cinturón y equipos de seguridad, que permitan a una docena de pasajeros viajar "sentados en vertical". "No estarían completamente de pie, tendría algo así como un taburete sobre el que apoyarse o sentarse", explicó McNamara. Según el vocero, la aerolínea china Spring Airlines está estudiando una medida similar de la mano del consorcio europeo Airbus. Según se adelantó, de ser factible y aprobado por los organismos locales e internacionales que regulan la actividad aérea, las plazas serían gratuitas o con una rebaja de hasta el 50 por ciento en comparación con una ubicación "tradicional". Actualmente, con 650 rutas, Ryanair es el principal operador entre las aerolíneas de bajo costo en Europa y una de las empresas del sector más rentables del mundo. Sus ofertas son presentadas con precios irrisorios –a veces hasta un 70 por ciento más baratos que las de las aerolíneas tradicionales-, a los que luego se les agregan impuestos, tasas y fuertes adicionales, como por ejemplo por exceso de equipaje. Esta política empresarial le ha creado a la aerolínea importantes ganancias a pesar de la crisis internacional, pero también varios dolores de cabeza. A mediados del mes pasado la Unión de Consumidores de España (UCE) la denunció ante la Agencia Catalana del Consumidor por cobrar 40 euros a los pasajeros que van al aeropuerto sin su tarjeta de embarque impresa. En tanto, la Justicia alemana le prohibió seguir cobrando 4 euros de arancel para los pagos con tarjeta. Entre otras medidas para reducir costos, Ryanair anunció el cierre paulatino de sus mostradores de facturación y recepción de equipajes en sus 146 aeropuertos. El proceso estaría finalizado el 1 de octubre.