L
a profesora de Filosofía está intentando responder los últimos interrogantes. Ya se habló de todo o casi todo sobre el acto electoral del domingo. Quedan por disipar algunas incertidumbres operativas, como por ejemplo, por qué algunos familiares votan en mesas diferentes. “El padrón se corta en 450 electores”, explica el preceptor —además docente de Ciencias Sociales—, “entonces puede pasar que quede un integrante de la familia en otra mesa”. Maximiliano y Mario salen de la clase para responder algunas preguntas relativas a su primera experiencia como votante. Después se suman Melisa y Antonella. La mayoría vota por primera vez. “Tenía ganas de votar —asegura Maximiliano— también de ser presidente de mesa, pero llegué tarde a la secretaría electoral porque me dormí”, confiesa y se ríe. La conversación fluye en un aula del segundo piso de la Escuela Nº 75 Provincia del Neuquén, donde el centro de estudiantes está lejos de ser un elemento decorativo y a menudo alza la voz para protestar por problemas edilicios, para motorizar campañas de concientización o impulsar espacios de debate y prevención, incluso sobre enfermedades de transmisión sexual. “Yo quería votar desde que tengo 15 años”, revela Melisa para dar cuenta de la expectativa que le genera la elección del domingo. “Soy militante de la 501 y estoy afiliada. Empecé a militar ahora porque mis viejos no querían que empiece de tan chica, lo mamé desde la infancia porque mi familia está compenetrada con todo eso, el peronismo está en los genes”, asegura. Maximiliano no comparte el mismo origen y asegura que se tomó “el trabajo de revisar todas las propuestas” de los candidatos. Y sostiene que se definió por la mirada de los distintos sectores sobre problemas concretos. “Por ejemplo —explica— si un chico a los 14 años sale a robar, la derecha siempre va a decir que hay que meterlo preso; la izquierda en cambio va a buscar por otro lado, tampoco quiere decir que lo van a mandar a trabajar, pero sí van a apuntar a hacer algo para que los padres tengan trabajo”, reflexionó. Melisa, abanderada de la escuela y militante del centro de estudiantes, dice estar cansada de los discursos que repiten “son todos chorros o todos corruptos”. También la “enervan los telepolíticos”, una categoría que dice haber tomado del escritor Martín Caparrós y que en su interpretación refiere a los opositores que gastan horas de televisión “denunciando, sin proponer un cambio”. LAS PROPUESTAS. En el hall de ingreso a la Escuela Nº1 Domingo Faustino Sarmiento, encabezado por la frase “las herramientas están en tus manos, votá a conciencia”, hay un mapa completo que detalla quiénes son cada uno de los candidatos e incluso cuáles son las plataformas políticas de los espacios. La iniciativa fue de dos docentes del establecimiento que además organizaron un trabajo práctico para concientizar sobre la relevancia de los comicios. “Los chicos realizaron una investigación para ver en qué consisten las elecciones, qué se está eligiendo, cuáles son las propuestas de los candidatos y sobre todo poder concientizar a su familia y a los diferentes grupos sociales en los cuáles participan”, expresó el profesor Leonel Roston. Ornella se comprometió con el trabajo encomendado por los docentes y el domingo va a votar por primera vez. “Va a ser importante para mí”, sostiene y revela que “ahora tengo decidido el voto, porque en las campañas no se ven las propuestas, pero este trabajo que hicimos me ayudó a decidirme”. Camila todavía no tiene edad para sufragar, pero coincide con su compañera en que “en la campaña no se muestran las plataformas electorales, sino que se trata de hacer publicidad y criticar a los otros partidos. No se ven las propuestas”. Nuevos votantes En Entre Ríos de los 889.190 ciudadanos en condiciones de votar, 37.200 lo harán por primera vez. Lo que representa un 4,18 % del padrón total de la provincia. En el Colegio Nº 2 Cesareo B. de Quirós los alumnos revisaron a través de internet la legislación electoral, las opciones existentes y las propuestas de los candidatos. De todas maneras Maximiliano, Marcos, Romina y Franco aún no han definido a quién van a acompañar con su voto y exigen que “si dicen vamos a hacer esto y esto que fundamenten cómo lo van a hacer, eso sería fundamental para decidir a quién votar. Dicen cosas pero no explican cómo las van a hacer”. Romina, por su parte, se hace eco del reclamo por mayor seguridad y recibe el asentimiento de sus compañeros. Ninguno de ellos, y en esto el acuerdo es unánime, manifiesta un deseo ferviente de participar. Por el contrario, uno a uno, sueltan frases como “voy a votar porque es obligación”, “voto porque si no te multan” o “son todos iguales”. Uno de ellos, en cambio, ya tiene decidido su sufragio, de todos modos Francisco --así su nombre--, no por eso se muestra menos escéptico y reclama propuestas en “educación y seguridad”. Motivos A pesar de su militancia escolar y política e incluso de sus convicciones, en el aula del segundo piso de la escuela Neuquén, Melisa bosqueja un panorama poco alentador sobre el escenario que afrontan sus compañeros: “Algunos no quieren saber nada con ir a votar y tienen que ir por obligación; otros cuentan que van porque el padre les insiste y otros lo hacen porque a cambio reciben algo, que es otra realidad”, sostiene. Maximiliano, por su parte, insiste en que “el problema está en cada argentino, todos se quejan pero nadie presenta nuevas propuestas, esa es la fácil, el problema está en los argentinos, no en quién esté al mando de todo esto”, remata.(Fuente: El Diario).-