C
uando los delincuentes irrumpieron en el local solamente se encontraba uno de los propietarios de la firma, Mario Herner, y dos empleados que en ese momento estaban abocados a la carga de un camión, en el exterior del depósito. En el lugar se comercializan productos Baggio. Los primeros en ser abordados por los delincuentes fueron los empleados, a quienes los sujetos desconocidos (de unos 30 años, estatura mediana, que vestían camperones azules) se les acercaron y mostraron que llevaban consigo armas de fuego. De inmediato, los empleados fueron llevados bajo amenazas hacia el interior del depósito, donde se los condujo al baño y allí fueron maniatados y dejados encerrados. Una vez hecho esto los maleantes se dirigieron directamente a la oficina donde estaba Herner, a quien también amenazaron y le exigieron que les entregara una cierta suma de dinero (elevada) que estaba destinada para efectuar pagos determinados. Si bien Herner trató de confundir de algún modo a los delincuentes, estos directamente le dijeron: “sabemos lo que tenés. Danos el sobre negro donde está la plata”, no obstante lo cual el comerciante pretendió seguir negando que tuviera otro dinero que el que estaba en la ‘caja chica’. Esto hizo que los sujetos se mostraran agresivos ante la reticencia del empresario y le propinaron un fuerte golpe en el tórax, que dio por tierra con el hombre, por lo que éste optó por entregar el dinero exigido por los desconocidos. Una vez que se apoderaron de unos 50 mil pesos en efectivo, los maleantes también lo despojaron del dinero que tenía en su billetera, del reloj y el celular, tras lo cual también encerraron a Herner en el baño, junto a sus dos empleados. Buena información Lo que llama la atención, según se sabe, es que los autores del asalto demostraron pleno conocimiento de que esa suma de dinero iba a estar en el lugar, lo que es casi inusual, ya que el efectivo estaba desatinado a pagos puntuales. Por otra parte evidenciaron conocer perfectamente la tarea diaria que se realiza en la distribuidora y la distribución de sus distintas dependencias. Los malvivientes huyeron aparentemente con total ‘naturalidad’ saliendo por el portón como si fueran clientes habituales de la firma, por lo que nadie en la zona sospechó nada. Igualmente una persona que acertó a pasar por el lugar habría manifestado posteriormente que en la esquina estaba estacionado un remís, al que vio subir a tres sujetos que vestían camperones. Cabe señalar que esta distribuidora fue también asaltada ocho años atrás, habiendo en esa ocasión también sufrido la pérdida de una elevada suma de dinero. Los autores fueron detenidos pero el dinero nunca recuperado.