E
l gobierno entrerriano lanzó la preinscripción pero sin explicar detalles. Fue un matutino de paraná el que tuvo que dar presiciones. No signifique que el productor quede obligado asegurarse, tiene dos objetivos: a) los reaseguradores necesitan saber cómo se distribuye geográficamente el interés para determinar la prima ya que a mayor concentración de productores mayor riesgo, y b) de esto dependerá el flujo que deberá aportar la Sagpya para esta etapa triguera en Entre Ríos. Luego de una reunión con las cooperativas, se decidió extender el beneficio hasta quienes siembren hasta 400 hectáreas, pero el subsidio de póliza se mantiene en el 50 % de 200 hectáreas, es decir, 100 hectáreas, en tanto que el productor está obligado, al menos, a asegurar 100 hectáreas más. De acuerdo a los números que ponderan en la Secretaría que lidera Roberto Schunck, una hectárea bien manejada de trigo requiere una inversión que ronda los 1.300 pesos, y se decidió establecer un promedio de producción de 26 quintales, de acuerdo a la performance de las últimas tres campañas. Con esto, el Estado cubre un costo de 700 pesos, es decir hasta una producción de 13 quintales. De manera que si un productor siembra 200 hectáreas –se estima que la mayor parte de los productores ronda esta superficie- invertirá unos 260 mil pesos, y como tiene la obligación, al menos, de cubrirse por 200 hectáreas con el seguro, estaría recibiendo, según los números de Schunck, unos 144.000 pesos en caso de una catástrofe climática y que el productor pierda toda su cosecha. En caso, por ejemplo, de que el productor se vea afectado por algún fenómeno climático (el seguro multiriesgo comprende ocho categorías: sequía, granizo, lluvias excesivas, falta de piso, viento mayor al promedio, helada, inundación y altas temperaturas) y sólo puede cosechar 10 quintales por hectárea de trigo, el Instituto del Seguro le cubrirá los tres quintales restantes. Se estima que esta medida tiene un costo que oscila el 2 % de los costos totales de los productores, y lo innovador estaría en que con sólo 7,15 % -tasa final luego de una controversia suscitada por el precio final entre Producción y el Instituto donde se impuso el criterio de primero a partir de cómo jugaría el IVA en la ecuación- el productor se cubre del 50 % del costo de producir, y en “en el peor de los casos, suponiendo que hubiere una catástrofe climática, tendrá fondos para volver a producir”, aseguraron desde la Secretaría de la Producción. Y allí reside el nudo gordiano del problema. Si por alguna razón el clima atenta contra la campaña y el productor se descapitaliza en caso de pérdida total –algo de eso pasó con la sequía en esta campaña- volverá al Estado a pedir subsidios para volver a producir. De allí que desde el Ejecutivo se proponen –explican los técnicos- tres objetivos: a) dar un marco y horizonte de mayor certidumbre al productor porque las condiciones climáticas inestables hoy atentan contra un proyecto a largo plazo; b) mejorar la intención de siembra en la provincia al asegurar una cobertura de los costos productivos y c) fomentar la concientización de prácticas racionales, ya que también se buscará un buen manejo sino la compañía aseguradora no los califica. Con esto, el Gobierno apuesta al objetivo político de que en un mediano plazo se erradiquen los subsidios a las actividades productivas, de allí que se ha ya conversado con el secretario de Agricultura de la Nación, Carlos Cheppi, que el trigo en Entre Ríos sea una prueba piloto y se vaya extendiendo a otros cultivos con el tiempo, incluso pensaron en la citricultura –ya se había trabajado en un proyecto para el sector- la madera, y todos los otros encadenamientos. Oferta El mercado casi no tiene este tipo de seguros, y sólo existen muy pocos que tuvieron balances negativos. De allí que se haya apelado al Instituto del Seguro para la operatoria. Schunk explicó que en una primera etapa abarcará “explotaciones agropecuarias de hasta 400 hectáreas, y la idea es que el Gobierno de la provincia se haga cargo del 50 % de la prima, hasta 200 hectáreas”. El funcionario dijo que la Provincia contribuirá con 5.000 pesos para el productor que siembre 200 hectáreas, “y si le fracasa, ese productor recibirá alrededor de 144.000 pesos”, detalló. A modo de ejemplo, señaló: “Aquel que siembra trigo por 200 hectáreas tiene un costo de 10 mil pesos de prima, entonces la Secretaria de la Producción se hará cargo de 5 mil pesos y el productor de los otros 5 mil. Si se produce sequía y fracasa la cosecha, el productor recibirá 144 mil pesos, en el caso de que siembre 200 hectáreas”. Asimismo, el funcionario dijo que con ese seguro se hará “una cobertura de 40 mil hectáreas destinada al pequeño y mediano productor”. En el caso que el vaticinio de Schunck se cumpla, si mil productores cumplen con la cobertura de 40 mil hectáreas, se estarían llegando a la cifra de 28 millones de pesos de cobertura, y eso deberá pagarse en caso de que una catástrofe borre todos los cultivos. Desde la provincia dicen que hicieron un esquema para que después “nadie venga a reclamar subsidios, por eso queremos que la cobertura se posicione en pequeños y medianos productores. La idea es eliminar todos los subsidios, e ir progresivamente avanzando”, confiaron los funcionarios. Esta iniciativa, para 40 mil hectáreas, alcanza al 13 % del riesgo al que estuvo expuesto el cultivo en la campaña anterior, que fue de 265.000 hectáreas. Sin embargo el oráculo productivo para este año es aún incierto y no se sabe en cuánto disminuirá la superficie sembrada –algunos dicen que podría subir, pero hasta ahora sólo se ha sembrado por estímulo de algunos molinos harineros preocupados por un futuro sin trigo en Entre Ríos- lo que dependerá de cuánto llueva al momento que se esté leyendo este artículo, ya que nos encontramos en el límite de la decisión productiva.