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CLarín).- Enfrentó con desfachatez a la muerte, como si fuera un juego de esgrima, protegido por una coraza de polémicas y confesiones de inusual crudeza. En la tarde de este miércoles, un cáncer de hígado puso -en silencio- fin al duelo. A los 46 años, murió el actor y conductor Fernando Peña. Peña había sido internado de urgencia ayer en la clínica Fleming. Semanas atrás, había confesado ante las cámaras que padecía un cáncer de hígado. Fiel a su estilo, había decidido filmar las sesiones de quimioterapia, con el objetivo de elaborar un documental. "Quiero desdramatizar esto y compartirlo con la gente", contó con tono serio. Multifácetico, había encontrado en la radio al cómplice ideal para sus personajes. Allí surgieron La Mega, Dick Alfredo, Martín Revoira Lynch y Rafael Porelorti, entre otros nombres que se convirtieron en marca registrada. Ahí también se produjo uno de sus últimos escándalos. "Odio tu plata, tu casa, tus coches, tu historia. Odio a la gente como vos que defiende un país injusto e inequitativo", le disparó al aire Luis D´Elía en marzo de 2008, con el enfrentamiento entre el Gobierno y el campo como escenografía. Provocador de alma, Peña conocía de cerca lo que significa desafiar a la muerte. Portador del Virus de Insuficiencia Humana (VIH), había estado internado en varias ocasiones debido a recaídas. Alguna vez, incluso, llegó a irse de una clínica, con diagnóstico de neumonía y sin el alta médica. "La medicación que debe tomar lo limita en su derecho de vida", contaron en esa oportunidad sus asistentes. Quizás cansado de tanto jugar al límite, el cáncer de hígado lo había sorprendido en un momento dominado por los proyectos profesionales. Como si esta vez se tratara de una batalla desigual. Peña parecía saberlo y buscó abrigo en las palabras para transmitir esa sensación. "No le tengo miedo a la muerte. Le tengo miedo a la incertidumbre, al no saber si me voy a morir o no. Fui el bailarín que mejor la sacó a bailar".