K
alnay, de 66 años, se recibió de licenciada en meteorología en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires en 1965. Un año después, durante el gobierno militar de Juan Carlos Onganía, se fue del país. Fue tras "La noche de los bastones largos", cuando la policía reprimió a estudiantes y profesores universitarios, y provocó uno de los mayores éxodos de científicos argentinos. Kalnay desarrolló una carrera llena de logros en los Estados Unidos, que incluye ahora el premio de la organización mundial que reconoció sus aportes en el análisis y la predicción numérica del tiempo. "Estamos muy orgullosos por Eugenia Kalnay. Realmente es la mejor", opinó Héctor Ciappesoni, el director del Servicio Meteorológico Nacional. "No sólo es una científica valiosa, sino que es un ser humano excepcional", agregó el funcionario, quien ha realizado varios estudios sobre los cambios en las lluvias y las temperaturas de la Argentina junto con la científica. Kalnay hizo grandes contribuciones, a pesar de que el mundo de la ciencia no ha sido tan fácil para las mujeres. Ella fue la primera mujer que obtuvo un doctorado en meteorología en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). También fue la primer alumna en quedar embarazada y la primera en convertirse en profesora en ese campo en esa universidad. Después, la científica siguió adelante con sus trabajos en otras instituciones. Estuvo muchos años en la agencia espacial estadounidense, la NASA, donde desarrolló un modelo global del clima, que aún se sigue utilizando para hacer experimentos en todo el mundo. Investigó y enseñó en la Universidad de Oklahoma, y siguió en la Universidad de Maryland, donde hoy dirige el departamento de meteorología. Sus familiares en la Argentina le comentaron a Clarín que estaba "conmovida" por el premio. Y eso que ya está acostumbrada a que le den galardones: recibió premios de la NASA, la Sociedad Americana de Meteorología, entre otros nueves premios. La científica argentina es la segunda mujer que recibe el premio de la Organización Meteorológica Mundial, que lo otorga desde 1956. Se sigue sintiendo "increíblemente feliz por trabajar en la Universidad de Maryland, y por estar en contacto con su alma mater, la Universidad de Buenos Aires. "Me dio todo", suele decir. "Eugenia Kalnay puso en funcionamiento los mapas globales con bases de datos que arrancan en 1947 y siguen hasta ahora. Permitió que muchos científicos lleven a cabo otros estudios sobre el grave problema del cambio climático", contó a Clarín Susana Bischoff, otra investigadora en meteorología y ex profesora de la UBA. "Creo que lo más grandioso es que nunca se olvidó de la Argentina. Formó a un montón de gente. Colaboró con investigadores locales y dio cursos. Siempre fue generosa y humilde". (Fuente: Clarín)