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o debe ser fácil para un kirchnerista admitir que se equivocó. Y mucho menos si quienes le marcan el error son los dirigentes del campo. Quizás por ello el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, decidió enmendar una de sus más publicitadas medidas -el nuevo sistema gratuito de Cartas de Porte- mediante un confuso artículo colado en medio de una resolución que nada tenía que ver con el asunto. El jueves pasado se publicó en el Boletín Oficial la Resolución 2612 de la AFIP, referida en principio al registro de operaciones de compraventa de granos. Pero el artículo 3 de esa norma también introdujo cambios en el sistema de Cartas de Porte, y en el sentido que reclamaban las entidades rurales. Esto es: ahora la AFIP permitirá que todos los productores que no tengan acceso a Internet en su establecimiento ni señal de celular adecuada en sus campos puedan retirar la Carta de Porte (un documento obligatorio para el transporte de granos) y su correspondiente Código de Trazabilidad (CTG) en cualquier dependencia del organismo. Hasta ahora sólo podían apelar a esa variante los productores más chicos de hasta 250 hectáreas. Los demás, estaban obligados a utilizar vías electrónicas. Unos meses atrás, con el evidente ánimo de penalizar económicamente a la Federación Agraria (que extendía 10% de las Cartas de Porte), Echegaray impuso una reforma profunda del sistema: lo transformó en gratuito e informatizó todos los trámites. Lejos de aplaudir, los especialistas en comercio agrícola criticaron el cambio desde su flanco más débil: no todos los productores tienen acceso a Interner ni buena señal de celular, como para mandar un mensaje de texto desde el medio del campo. Los múltiples inconvenientes que se vivieron luego, en plena cosecha de soja, terminaron de darles la razón a los privados. La pulseada incluso generó un contrapunto gracioso, cuando Echegaray citó a la Mesa de Enlace al centro de cómputos de la AFIP para mostrar el sistema informático. Como los ruralistas insistieron en los problemas de "conectividad" que se viven en el interior del país, entre muchos otros planteos, la AFIP montó otra puesta en escena: sus funcionarios probaron la efectividad del nuevo sistema, pero desde cómodas computadoras en los puertos cerealeros. Ahora cualquier productor podrá volver a requerir en oficinas de la AFIP el viejo y querido documento ya impreso. Y santo remedio. (Fuente: Clarín)