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a voz de alarma la dio un vecino de Francisco José Franco, de 60 años, quien al no verlo durante la mañana se acercó a la casa encontrando primero el ofidio muerto y luego el cuerpo sin vida de Franco tirado en su camastro. En el lugar se hizo presente personal de Criminalística y el médico policial, quién determinó que el dueño de casa había fallecido tras ser picado en uno de sus brazos por esa u otra víbora horas antes de ser encontrado. La policía tiene dos hipótesis en relación al desgraciado episodio. Una de ellas asegura que Franco alcanzó a dar muerte al ofidio tras ser picado pero lo que llama la atención es que éste no intentó pedir auxilio a sus vecinos sabiendo lo mortal que es el veneno de esa especie. Otra presunción policial es que, como sabe la gente de campo, la yarará generalmente no se mueve sola ya que siempre lo hace en pareja por lo que también cabría la posibilidad de que Franco alcanzara a matar al ofidio y que luego, dentro o fuera de su vivienda, fuera atacado por la otra víbora lo que, finalmente, le produjo la muerte sin que pudiera pedir ayuda. De todas maneras la Justicia concordiense dispuso el traslado del cuerpo de Franco a la Morgue Judicial para la realización de la necropsia de ley mientras que la víbora era sometida a estudios para determinar si fue esa la que picó al infortunado hombre.