E
ste beneficio jubilatorio alcanza a más de 300.000 trabajadores. El fundamento esgrimido por los legisladores que votaron la ley en marzo pasado es que se trata de una actividad “riesgosa y de envejecimiento prematuro”. Actualmente, por el sistema previsional, los trabajadores varones pueden jubilarse a los 65 años con 30 años de servicios con aportes. La sanción de la ley en el Congreso el mes pasado pasó desapercibida. Y el gremio no la difundió a la espera de su promulgación para evitar las posibles presiones empresarias para que fuera vetada, admitieron en el sindicato. El secretario general de la Uocra, Gerardo Martinez dijo que esta jubilación anticipada “nada tiene que ver con un privilegio. Es un reconocimiento a que el trabajador de la construcción se expone a un esfuerzo físico que provoca un envejecimiento prematuro y con el correr de los años limita o anula la posibilidad de seguir trabajando o de encontrar un empleo nuevo”. En Seguridad Social sostienen que la ley ayudará a blanquear trabajadores en negro porque el trabajador tendrá un incentivo adicional para estar en blanco. En cambio, los empresarios se quejan porque sube el costo laboral y desalentaría la creación de empleo. Aunque se trata de un proyecto de vieja data y que debería perdurar muchos años, en el Gobierno admiten que tendrá su impacto electoral nacional, en especial en los distritos más poblados del conurbano bonaerense, donde el kirchnerismo tiene una base de apoyo importante. Actualmente hay unos 80 regímenes diferenciales parecidos que abarcan, en la mayoría de los casos, a determinadas categorías (labor en cámaras frías) o a gremios chicos (minera de Río Turbio).