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e la redacción de INFORME DIGITAL Luis Mario Graglia es un productor de Nogoyá asociado a la Federación agraria argentina (FAA). Jamás imaginó que la deuda -de 22 mil pesos por insumos- que tenía con la Cooperativa federal agrícola de Diamante iba a crecer de hasta alcanzar la exorbitante cifra de un millón de pesos, que comparada con las 76 hectáreas de sus campos parece más grande aún. Sin embargo eso fue lo que ocurrió y el motivo por el cual, este jueves, casi sufre el remate del suelo del que ha vivido durante años. La concentración y protesta de productores de distintas localidades, principalmente de los alrededores, liderados por el director de la FAA Alfredo De Angeli, impidió la subasta que quedó pospuesta para dentro de 15 días. El Juzgado Civil y Comercial Nº2 de Nogoyá, debido al procedimiento de quiebra dispuso en 2008 la subasta de dos predios rurales y un automotor pertenecientes al productor. Sin embargo esta no pudo llevarse a cabo. El juez Carlos Vianco explicó a INFORME DIGITAL que “dada la situación era imposible que se llevara a cabo porque indudablemente iba a terminar en actos de violencia. ¿Para qué vamos a ocasionar males mayores si los podemos evitar?” aunque aclaró intentarán realizar el remate de todos modos: “vamos a tomar más precauciones para que dentro de 15 días la subasta se lleve a cabo. Se suspendió pura y exclusivamente por razones de seguridad”. Vianco no dio detalles de cómo se llevará a cabo el remate dentro de 15 días en caso de no solucionarse la quiebra. El origen de la deuda El abogado de Graglia, José Luis Fernández recordó que el productor “estaba endeudado en la cooperativa de Diamante, que tenía problemas económicos, cesación de pagos, con pedidos de quiebra y se lo cedió a un acreedor de la cooperativa pero con una carga de intereses pactados altísima: por ciento mensual capitalizable en dólares”. El acreedor no es ni más ni menos que el fiscal de Diamante en ese entonces, pero como no podía figurar su nombre, se firmó todo a nombre de su esposa. Fernández explicó que ellos “son los acreedores que aún hoy siguen verificando el crédito. El monto original de la deuda es de 22.000 pesos y hoy está en un millón de pesos”. El letrado explicó que el vicio “está en que se salvó la cooperativa con la decisión de entregar a acreedor. Hay toda una organización y en la situación de deuda que estaba este hombre aceptó firmar”. “Después –profundizó- le modificaron la obligación que tenía y le pusieron una tasa leonina. La cooperativa buscaba salvar su situación aunque perjudicaba a los demás. Si hubiera hecho lo mismo pero con una tasa de justicia, yo no estaría diciendo que hay usura, diría que hay un acreedor queriendo cobrar lo que le corresponde. Acá hay un acreedor que quiere cobrar algo que es incorrecto”. Asimismo, Graglia aseguró que “intenté pagarles varias veces, invité al abogado de ellos a hacer entrega y siempre me rechazaron. No me aceptaban el pago en partes sino ya la hubiera saldado. De 25.000 pesos ahora me cobrarían 1 millón en ocho años”. Su campo tiene 76 hectáreas por lo cual ni vendiéndolo llega al monto. “¿De qué manera iba a pagar yo eso? Únicamente asaltando un banco”, bromeó. Remate suspendido La concurrencia de los productores al juzgado logró posponer el remate y darle tiempo a Graglia y su abogado para intentar llegar a un arreglo. Después de lograr su objetivo, Alfredo De Angeli habló a los productores y lamentó que mientras “nosotros estamos peleando con un gobierno porque no tenemos rentabilidad hay gente que se aprovecha. Una vez paramos un remate en Paraná, un primo había ido a comprarle el campo al otro (cuando) el tipo tenía parte de la plata para pagar la deuda y no se la quería aceptar. Tuvimos que hacer un acto así y se suspendió. Hoy el tipo sigue con el campo y pudo arreglar su deuda. Estas son las injusticias que se cometen en los remates. Hay corporaciones de rematadores que trabajan comprando barato lo que no tiene precio”. “A don Graglia es que le quieren cobrar de interés el 4% mensual en dólares. No tenemos que permitir eso”, arengó el ruralista. “Esperemos que se soluciones el problema, que el amigo pueda arreglar su deuda, que le hagan las quitas del interés que le tienen que cobrar y le recalculen la deuda porque es una usura, una estafa. Ojalá que la justicia actúe como una verdadera justicia”, rogó De Angeli. Mientras dirigió la palabra, los ánimos enardecidos de los chacareros se hicieron notar a cada instante. Algunos, indignados, propusieron dirigirse hasta la cooperativa de Diamante, señalada como uno de los responsables de la situación, pero el dirigente de la FAA entrerriana calmó los ánimos: “Vamos a encaminarlo por la justicia. Si hay que volver dentro de 15 días volveremos”. Graglia se mostró agradecido con los productores que lo acompañaron y evitaron la subasta: “no sé como agradecer el gesto de ellos de humildad y compañerismo. Yo soy afiliado a la FAA y he estado siempre en el rubro”. Cómo sigue el caso Él próximo intento de remate se llevaría a cabo dentro de 15 días, aunque, según confirmó el abogado de Graglia a INFORME DIGITAL, se reunirán con el abogado de los acreedores el próximo lunes para ver si llegan a un acuerdo: “hablé con el acreedor y le planteé que nos sentábamos y sentábamos también a la cooperativa porque fue la que dio origen a esta situación. El acreedor va a tener que arreglar por una situación muy simple. La justicia tiene que resolver que es leonina y usuraria esa tasa. Va a morigerar para bajar a términos reales”. Sobre esta cuestión, Fernández dijo que el trámite de revisión del crédito para que el juez baje los intereses “va caminando” mientras la ejecución “va en avión”. “Hoy si se remata, la plata de este acreedor irá a la cuenta del banco por un año o dos hasta que se resuelva la situación definitiva de por qué monto queda verificado. Con este remate no se beneficiaba nadie, -solamente- el que venga a comprarla a 2 pesos”. De hecho, admitió, hubo ofertas de 500 dólares por hectárea, lejos de lo necesario para llegar al millón que establece la quiebra.