L
uego de la caída del cargo provisorio de decano de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales, de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader), que ejercía hasta ese momento Máximo Chaparro, se generaron reuniones aquí y allá para ver quién quedaría al frente de esta unidad académica que es la más compleja y grande de toda la Uader. A finales del año pasado, la rectora Graciela Mingo, reunida con integrantes de los responsables de carreras de esta Facultad, integrantes del Consejo Consultivo y estudiantes, señaló la importancia de nombrar a alguien que surja del consenso de la comunidad educativa. En paralelo asumió la responsabilidad de estar en el cargo durante esta corta transición que sería de diciembre a febrero de 2009. Consultada sobre la continuidad de esta transición, la rectora insistió en que en el marco de esta etapa de normalización en que se halla la Uader, no es posible realizar elecciones. Por lo tanto, se entiende, dichos cargos deben resultar del nombramiento directo de una persona –con más o menos consenso, claro- de parte de la titular de la universidad. No obstante, durante el verano siguieron los encuentros y tertulias hasta incluso constituir un blog – agorafhaycs.blogspot.com- en el cual se erige como candidato a decano al docente Arturo Firpo, se difunde su trayectoria y propuesta de gestión y se reciben los avales correspondientes a su candidatura. Esta modalidad política no está siendo bien vista por todos y ha empezado a levantar polémica al interior de la Facultad. Se la tilda de “poco seria”, de querer disfrazar un nombramiento político y de estar lejos de ser una propuesta democrática. En el blog en cuestión por caso, pueden leerse cuestionamientos del propio Máximo Chaparro que manifiesta claramente sus observaciones al respecto: “Esto de los avales es algo bueno siempre y cuando no exista manipulación, pero no es democracia universitaria”. Más adelante agrega: “Por ahora la Uader está en proceso de normalización, la rectora fue electa por el Poder Ejecutivo Provincial y no por la comunidad universitaria. Y los decanos son electos por la rectora, pues son normalizadores. Así es la cosa, no podemos disfrazar la realidad. Y está bien que así sea para lograr la normalización. Lo que debemos preguntarnos es ¿porqué la rectora justamente en Humanidades, intenta ahora un decano de consenso, pidiendo avales?”, plantea Chaparro. Desprendimiento Viene al caso recordar que en diciembre de 2008, el Claustro Docente del Consejo de Carrera de Psicología de cara a la crisis institucional de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales, había dado a conocer su punto de vista sobre el tema y desde hace tiempo viene arrimando posibles soluciones. En aquella reunión mantenida en diciembre con la rectora, los docentes de Psicología, dijeron que el proceso de normalización de la Universidad debe darse con la efectiva participación de todos los actores que la componen. “Desde la carrera de Psicología impulsamos desde hace tiempo la creación de la Facultad de Psicología. Entendemos que de esta manera se atiende su especificidad académica y las necesidades de la carrera más grande en número de alumnos y docentes en toda la Uader, y a su vez se contribuye a la gobernabilidad de todas las Unidades Académicas”, sostenían entonces y ahora. En su criterio, este proyecto de separación y creación de una Facultad específica, contribuiría a la gobernabilidad y serviría al crecimiento de las más de 35 carreras de arte, idiomas, educación especial, ciencias sociales, profesorado de EGB, entre otras tantas, que actualmente se dictan en Humanidades, Artes y Ciencias Sociales. A la par, también objetan la metodología del sitio digital aludido arriba, pues “en medio de la crisis que tenemos en la institución, creemos que así no se construyen los consensos, sino yendo a elecciones y usando los padrones provisorios existentes”. “Abrir un proceso electoral”-resaltan-, constituye “el mejor modo de llegar a soluciones que por su consenso sean duraderas y contribuyan a la tan ansiada normalización”. Fuente: El Diario