E
sta actriz, de 29 años y con cerca de cien títulos en su filmografía, nacida en Baton Rouge (Luisiana), podría desafiar en 2010 al actual senador de ese Estado, el republicano David Vitter, cuyo número de teléfono apareció en 2007 en el registro de llamadas de Deborah Palfrey, la "DC Madam", acusada de regentar un servicio de prostitución de lujo en Washington. Los registros telefónicos indicaron que el servicio de "damas de compañía" llamó a Vitter en cinco ocasiones entre 1999 y 2001, años en que el ahora senador era miembro de la Cámara de Representantes. Daniels, por su parte, tiene experiencia a la hora de escribir guiones, dirigir y actuar en películas porno, pero hasta ahora no ha ostentado cargo político alguno, algo que quiere cambiar un grupo de fans de la joven a través de una iniciativa en Internet. "Una tormenta va a barrer Luisiana de políticos corruptos de una vez por todas". No es una frase sacada de "Taxi Driver", sino el lema de la página web Draftstormy.com, cuya intención es conseguir el apoyo de la población para que Daniels se presente a las elecciones al Senado en 2010. Un deseo confirmado por la propia actriz en una entrevista con la cadena de televisión CNN. "Originalmente la intención no era hacerme candidata, sino atraer la atención sobre las elecciones, y la respuesta ha sido tremendamente positiva así que todos nos estamos dejando llevar", dijo Daniels. "Siempre estoy dispuesta para una buena lucha, cualquiera que me conoce lo sabe", manifestó la joven. "La política puede ser un trabajo mucho más sucio que el que tengo ahora", agregó. Aunque no ha hecho pública su orientación política, la página web sostiene que Daniels desea proteger la propiedad intelectual en la industria del porno y fortalecer el papel de las mujeres en el mundo de los negocios, con "honestidad, pasión y carácter", a cargo de una "luchadora por la decencia y el puro liberalismo". Por el momento Vitter no se ha manifestado al respecto, aunque un comunicado del partido republicano de Luisiana asegura que a los votantes de ese Estado les preocupan "los problemas reales que afectan a su vida diaria, no las maniobras publicitarias".