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os padres de hoy en día no saben poner límites a sus hijos adolescentes, pese a que los problemas tanto al interior de la familia como los que rodean a los chicos en el “mundo exterior” preocupan cada vez más. Así lo determinó una encuesta realizada por la consultora D´Alessio Irol, en donde se encuestó a padres y madres de adolescentes de entre 13 y 24 años y de donde surgieron, como problemáticas preocupantes, las drogas, el alcohol, el sexo, la falta de límites y la noche. La autoridad de los padres se ha perdido porque, en general, para ellos resulta más fácil decir que sí a decir que no. Así interpretó los resultados la socióloga Nora D’Alessio. “Decirle que ‘sí’ a un adolescente es más fácil, porque ahorra tiempo en discusiones y justificaciones desgastantes. Sin embargo, no es lo mejor a largo plazo: a veces hay que aprender a decir ‘no’. Hoy, los padres se están encontrando con los resultados de no animarse a poner los límites cuando son necesarios, y eso les preocupa”, explica D’Alessio. Entre los principales peligros que destacan los padres para los jóvenes y adolescentes se encuentran los robos, la falta de límites, las drogas, la falta de oportunidades y la falta de modelos de conducta. El análisis distingue, además, entre los “problemas de afuera” y los “problemas de adentro”. El primer grupo hace alusión al miedo a los robos, los accidentes, las enfermedades, las agresiones y la discriminación. En el segundo grupo se encuentran los temas relacionados con la educación, la preparación y las fallas a la hora de marcar límites. Hombres y mujeres, con preocupaciones diferentes. Mientras que los padres varones suelen preocuparse más por los temas relacionados a la educación y los límites, las mujeres tienden a prestar más atención a las agresiones que pueden sufrir los jóvenes en el mundo exterior. En cuanto a las salidas nocturnas, las madres se muestran más permisiva s que los padres varones. Sin embargo, el estudio deja saber que casi todos los padres que dan permiso a sus hijos piden detalles sobre a donde van a ir, con quién, a qué hora y cuál es el ambiente de ese espacio. Además, pese a que dan permiso para salir, nueve de cada diez padres suelen quedar con sensación de inseguridad cuando los chicos no están por las noches en sus casas.