E
l ex decano Chaparro reveló, en un comunicado enviado a INFORME DIGITAL, que le falsificaron la firma en unas 100 resoluciones sobre designaciones de personal, concursos y otorgamiento de equivalencias. Sospecha que por eso lo desplazaron y se muestra escéptico por demoras de la causa en tribunales. (Ver relacionada: Uader: Decano desplazado denuncia que le falsificaron resoluciones) Por su parte, la rectora de la Uader, Graciela Mingo, envió también a INFORME DIGITAL, una réplica que dice textualmente lo siguiente: Estimado Profesor Chaparro: En primera instancia, le recuerdo a usted, que su actuación como funcionario dentro de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales de esta universidad, comenzó como Secretario Académico en los inicios de la gestión de la ex Decana Gloria Tarulli y no desde su reemplazo como Decano de la misma. Me llama la atención, que al momento de dejar su función, o días previos y posteriores, quiera empañar bajo un manto de sospecha la institución de la cual usted formó parte y ponga su énfasis que será en al ámbito de la justicia donde se diriman las acciones y realizaciones del año 2008. Surgen de esta manera los siguientes interrogantes ¿Cuándo fue funcionario estuvo a un costado de las pretendidas irregularidades? ¿Necesitó irse para intentar una acción judicial? ¿Si usted hubiese continuado como funcionario habría actuado de la misma manera?. Los hechos hablan, cuando hoy la Universidad y la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales, deben formalizar resoluciones muy atrasadas: de nombramientos de docentes, planes de correlatividades, prorrogas de categorizaciones, demorar las irregularidades en referencias a jubilaciones cuando se envío en septiembre el listado, no convocar al colegio electoral. Estas y otras acciones pertenecen a su gestión, las cuales también serán investigadas. Nuevamente pienso, que las decisiones apocalípticas siguen perjudicando a esta universidad, debiendo asumir nuestras responsabilidades y no creer que al dejar una función, solo significábamos la veta de la transparencia, del orden.