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a crisis de fin de diciembre de 2001 quedó signada por el descontento que la mayoría de la ciudadanía expresó contra el conjunto de la dirigencia política. Ante esa situación, la respuesta del gobierno nacional de Fernando De la Rúa y los respectivos gobiernos provinciales -como el de Sergio
El dolor que no cesa
Se cumple un nuevo aniversario del asesinato de Romina Iturain y su mamá, María Cristina Puebla, continúa peregrinando por los despachos de tribunales aguardando una respuesta lógica que le permita determinar quién es el asesino de su hija.
“Esta es una fecha muy triste para mí, siento que los años no han pasado, que fue ayer cuando me avisaron que se había muerto; pero lo más terrible es que aún no se haya hecho justicia”, reflexionó.
Aquel 20 de diciembre de 2001 la adolescente de 15 años estaba en la casa de su tía, situada a 300 metros del hipermercado Wal Mart. Fue alcanzada por una bala de arma policial, calibre nueve milímetros, que ingresó a la vivienda luego de que la policía se apostara frente al local para dispersar a un grupo de manifestantes que pedía comida. El proyectil le impactó en el tórax y su muerte fue casi inmediata.
Nunca se encontró el arma ni al autor del disparo, lo que llevó a hablar, en aquel entonces, de un pacto de encubrimiento en las fuerzas de seguridad de la provincia.
“El 13 de enero mi hija debería cumplir 23 años, tenía tanta vida por vivir”, exclamó entre lágrimas.
Cuando Romina falleció, María Cristina no estaba en Paraná. Había viajado, junto a su hija menor, a Buenos Aires; “hacía poco tiempo que había fallecido mi madre y necesitaba terminar trámites”, recordó. “Me enteré allá de lo sucedido, viajamos como pudimos porque no se podía circular por ningún lado, cuando llegué la encontré en el ataúd, ya la estaban velando”.
Sin justicia
María Cristina Puebla tiene 50 años y tres hijos más. Trabaja en el centro de salud Santa Lucía y vive con su hija menor, de 18 años, en una vivienda ubicada en el barrio Los Pipos.
Asegura que desde que perdió a Romina sus días son “siempre tristes”.
“Ahora llega la Navidad, es una festejo que para mí no existe, no hay nada para celebrar”, admitió. “Pasaron siete años y seguimos sin saber qué pasó y tampoco conozco si están haciendo algo para averiguar quién es el responsable de la muerte de mi hija. Lo único que pido es Justicia. A Romina alguien la mató y eso no puede quedar impune”.
María Cristina protagonizó numerosos reclamos frente a Tribunales, donde llegó a encadenarse intentando que le den respuestas. Incluso, viajó hasta Casa Rosada para pedir ayuda. “Pero nada surtió efecto, todos hacen oídos sordos; espero que la Justicia se despierte, aunque yo ya no creo en nada”, admitió.
Demanda civil
Puebla promovió una demanda civil exigiendo una reparación económica, por daño moral, contra el Estado provincial. La causa se tramita en el juzgado Civil y Comercial Nº 1, a cargo del doctor Juan Carlos Coglionesse.
La demanda lleva tres años, sólo resta que el magistrado dicte sentencia, debido a que ya se clausuró la etapa de la prueba y se produjo el alegato. Aguardan con expectativa que el fallo se conozca en los primeros meses del año próximo.
La presentación se hizo en términos similares a la realizada por su ex esposo, Mario Iturain; quien en 2004, con el patrocinio de la letrada Rosario Romero, entabló una demanda ante la cual el Estado ofreció un resarcimiento de $ 80.000.
En el caso de la madre de Romina, en cambio, el Gobierno dejó que avance la tramitación, contestó la demanda y se opuso a que correspondiera indemnizarla.