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Todos los bebés están expuestos a esto y es potencialmente evitable", dijo la doctora Tina Hartert, directora del Centro de Investigación del Asma de la Vanderbilt University y encargada de la investigación. La autora del informe señaló que "se sabe desde hace años que los bebés que nacen en otoño corren más riesgo de desarrollar asma, pero que este estudio es el primero en relacionar esta tendencia con el pico de actividad viral en los meses de invierno". Hartert y sus colegas estudiaron los registros médicos de 95.000 bebés y madres del estado de Tennessee. El equipo halló que todos los bebés del estudio tenían mayor riesgo de asma si habían padecido bronquiolitis, una infección pulmonar generalmente causada por el virus respiratorio sincicial o VRS. Pero los bebés nacidos en otoño eran los que más peligro corrían. "Lo que logramos demostrar fue que el momento del nacimiento y el riesgo de desarrollar asma se mueven a la par hasta el pico de estas infecciones virales en invierno", añadió la experta. Mientras que los factores de riesgo genéticos predisponen a un niño a desarrollar asma, Hartert cree que la exposición ambiental a la infección viral en invierno, y particularmente por VRS, activaría esos genes. Casi todos los niños se infectan con VRS en la primera etapa de la vida, la mayoría de las veces entre los 3 y los 6 meses. El virus suele eliminarse sin complicaciones mayores. Hartert dijo que la tarea ahora es probar que prevenir estas infecciones podría evitar que los niños desarrollen asma. "Ese es el punto en el que estamos ahora. Necesitamos comprobar que prevenir esta infección evita esta enfermedad crónica", agregó la autora. La forma más fácil de hacerlo sería con una vacuna, pero por el momento no existe ninguna. El estudio fue publicado en American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine.