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��La tarifa social eléctrica es la expresión concreta de una política de redistribución de ingresos en donde con toda justicia los consumos más altos subsidian los consumos de las personas y familias de menores recursos. Eso es lo que el gobernador Sergio Urribarri nos ha pedido y es además la política definida en sus últimas acciones por el gobierno nacional”, expresó el secretario de Energía Raúl Arroyo. El gobierno provincial realizó mejoras al programa Tarifa Eléctrica Social (TES) que apuntan a triplicar el universo de beneficiarios. El programa, que comenzó a implementarse en 1999 y estaba vigente por el decreto 6.428 de 2005, se pensó para asistir con una bonificación en el consumo a usuarios que pudieran acreditar su condición de persona de escasos recursos. Actualmente están comprendidas en este beneficio menos de 10 mil personas. Las modificaciones, que se realizaron contemplando las particularidades de beneficiarios de distintas realidades socio económicas, se hicieron efectivas a través del decreto 5.611 de 2008, después de que desde la Secretaría de Energía se comprobara que muchos de los beneficiarios quedaban fuera del TES porque el consumo que tenían superaba el límite de 280 kilowats horas que se había establecido como una de las condiciones para acceder al programa. Después de un análisis de las variables de consumo, se estableció que el exceso obedecía a las condiciones de vulnerabilidad de los sectores sociales a los que apunta el programa. En ese sentido, se señaló a modo de ejemplo que en 2006 se incorporó masivamente a los beneficiarios del programa Garrafa Social, pero después de un año las dos terceras partes de éste quedaron excluidas del TES porque habían superado el límite de 280 kilowats horas bimestrales. El motivo: la energía eléctrica es la única fuente que les proporciona, según al estación, calefacción o alivio contra el calor. Ampliar la base de destinatarios Desde el organismo se explicó que el TES vigente prevé una bonificación de 130 kilowats horas bimestrales, cuyo valor surge del cuadro tarifario en uso a la fecha de emisión de la factura y está dirigido a usuarios que registren un consumo medio de energía de hasta 140 kilowats horas mensuales promedio en un año y que además puedan acreditar su condición de persona de escasos recursos económicos. El programa tiene una validez de un año a partir de la fecha de su otorgamiento y sólo se renueva si se cumplen con los requisitos mencionados anteriormente. Con las modificaciones, se amplió el horizonte de beneficiarios. Así, se establecieron tres niveles o subprogramas: TES I, destinado a subsidiar a jubilados; TES II, pensado para una familia integrada por cuatro personas; y TES III destinado a grupos familiares de cinco o más integrantes. En todos los subprogramas, los beneficiarios deberán acreditar la condición de titular del servicio. En cuanto al TES I, el interesado deberá acreditar ante la distribuidora que corresponda su condición de jubilado o pensionado y percibir un sueldo inferior a 1,25 veces la jubilación mínima nacional. Cumplidos estos requisitos, se lo subsidiará con un descuento equivalente al monto de 130 kilowats bimestrales. Los beneficiarios del TES II deberán acreditar su condición socio económica, que será corroborada mediante una ficha de relevamiento efectuada por una trabajadora social, y se verán beneficiados con una bonificación de 200 kilowats bimestrales. Por último, los destinatarios del TES III, deberán cumplir con las mismas condiciones del subprograma anterior y recibirán una bonificación de 250 kilowats horas bimestrales. Además, en los tres niveles, los beneficiarios recibirán las correspondientes facturas sin la aplicación de impuestos municipales y provinciales. Inclusión y seguridad El decreto que creó la TES prevé también la implementación del Programa Inclusión al Consumo de Energía Eléctrica. Este incorpora a sectores sociales que no tienen el servicio, lo tienen en forma irregular o acreditan un muy bajo consumo por sus condiciones de vida. Desde la Secretaría de Energía se informó que se avanza paulatinamente, pero sin pausa, en la normalización del servicio en sectores de la sociedad que lo tienen en forma irregular. En ese sentido, se destacó que preocupa mucho la seguridad de estos ciudadanos, ya que por lo precario de las instalaciones están más expuestos a sufrir un accidente de consecuencias irreparables.