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Ya habíamos demostrado que emociones positivas, como la risa, eran buenas para la salud vascular. Por la pregunta lógica era saber si otras emociones, suscitadas por ejemplo por la música, tenían el mismo efecto", indicó Michael Miller, director de la prevención en cardiología de la Facultad de Medicina de Maryland. Miller dejó que una decena de estudiantes escogiese la música que "más felices" les hacía y les hizo escuchar cuatro tipos de sonido para comparar su efecto sobre el sistema vascular: música apreciada por el paciente, música estresante, bandas de audio para relajación y bandas que provocan la risa. Resultó que el diámetro de los vasos sanguíneos, medido en la parte alta del brazo, se ensanchó un 26% con la música escogida, mientras que la música penosa hizo encoger los vasos el 6%. "Me impresionó la fuerte diferencia observada antes y después de escuchar la música que a uno le gusta, así como entre la escucha de una música apreciada y una angustiante", destacó Miller. Con las canciones que invitaban a la risa los vasos sanguíneos se dilataron en 19%, mientras que la música de relajación produjo una dilatación del 11%.