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artocor adelantó licencias para un tercio de sus 250 operarios de la planta ubicada en Paraná. En la costa del Uruguay la madera enfrenta una fuerte retracción en la demanda, que ronda el 70 %. La crisis que ahora golpea la economía es como un iceberg: en la superficie se ven los titulares que hablan de aumento del riesgo país, derrumbe de las bolsas, inestabilidad del dólar, volatilidad de los mercados, pero que también trae consigo una fuerte retracción en las actividades comercial e industrial, y una consecuencia directa es la inestabilidad del empleo. Un informe que produjo la Federación Económica de Entre Ríos (Feder) a partir de un relevamiento entre sus asociados muestra precisamente ese panorama: en el comercio y servicios se da una cancelación de horas extra, adelanto de vacaciones, suspensiones y, en algunos casos, comienzan a verificarse despidos; el mismo escenario se observa en la industria. Hasta ahora, el alerta provino del Sindicato de Empleados de Comercio, que perdió 14 trabajadores en las cadenas de electrodomésticos, aunque en el resto de las firmas por ahora domina la zozobra. Claro que el empleo privado formal tiene una baja incidencia en la economía: por cada 2 trabajadores privados, hay uno que depende del salario del Estado en Entre Ríos, y además hay un 40 % «en negro». Uno de los reclamos que plantearon los empresarios al Estado el miércoles último, cuando fueron recibidos por el gobernador Sergio Urribarri es un alivio en la carga impositiva. Sin crédito, sin certeza La suspensión de las horas extras y adelanto de vacaciones, han sido las primeras medidas que se reiteran en industrias de diferentes sectores en la provincia. El último relevamiento de la Encuesta de Indicadores Laborales que elabora la Dirección de Estadística y Censos de Entre Ríos mostró el estancamiento en la generación de empleo, según datos del Gran Paraná: durante el segundo trimestre de 2008, el empleo privado formal creció 0,80 % comparado con el trimestre anterior, y 3,50 % respecto del segundo trimestre de 2007, de acuerdo a datos oficiales. La industria aumentó 0,5 %; la construcción, cayó un 2 %; y en el sector de comercio y servicios, aumentó 1,2 %. Claro que ese sondeó no registró aún las consecuencia de la crisis actual, que es más fuerte en el tercer trimestre de este año, tal cual lo muestra la encuesta que hizo la Federación Económica: comparando los primeros 10 meses de este año con igual período de 2007, las ventas en el sector de comercios y servicios cayeron un alarmante 25 %. Los asociados de la Federación Económica dicen que, además, el crédito casi se extinguió, por la escasa oferta y las altas tasas; también, que las tasas de interés en los bancos son «altísimas», y que es «exorbitante el costo del descubierto en cuentas corrientes», y que también es «altísimo el interés en los atrasos fiscales y regímenes de pagos». También, se quejan de que las tarjetas de crédito redujeron los planes de pago en cuotas, y que los plásticos locales ingresaron en un «atraso en el pago a los comercios». Mencionan además que hay demandas salariales de los empleados «que no se pueden satisfacer» y que «hay temor al desempleo»; y agregan que el costo de los alquileres se ha tornado «altísimo» y que por esa razón se «produce rotación de los locales comerciales». A la par, observa un «notable incremento en sus distintas modalidades» de la competencia desleal en el comercio a través, fundamentalmente, de la venta ambulante. Sin chimenea, sin actividad También la Unión Industrial de Entre Ríos (UIER) advirtió que si la crisis no encuentra un cauce traerá aparejada implicancias en el mantenimiento de los puestos de trabajo del sector. Los industriales entrerrianos subrayan de igual modo que «agotarán todas las instancias posibles para no despedir personal. La suspensión de las horas extras y adelanto de vacaciones, han sido las primeras medidas que se reiteran en industrias de diferentes sectores». Entre los más afectados, el ranking lo encabeza el sector arrocero, que ha padecido un fuerte cimbronazo, con industrias que han mermado sus exportaciones e inclusive de paralización total. En el sector forestal, la actividad está severamente afectada, ya que todos los eslabones de la cadena se encuentran comprometidos. También la industria del mueble está inmersa en una crisis que genera preocupación dado que se trata de una actividad trabajo-intensiva. La caída de la demanda se acerca al 40 % y, al desconocerse la duración de la misma, se ha generado un clima de incertidumbre. La crisis mundial provocaría el cierre de mercados y se teme desde el sector por un avance desproporcionado de productos importados, según un informe hecho por la UIER. El resto de los sectores enfrenta un período de zozobra no muy distinto (ver aparte), ya que según la entidad tras la crisis las industrias regionales enfrentan caída de la demanda interna y externa, y de prolongarse, prevén, “las consecuencias sociales serán inevitables”. “Es una crisis difícil”, dice la Unión Industrial Carlos Galuccio, presidente de la Unión Industrial de Entre Ríos (UIER), dijo que la actual es una “crisis difícil”, aunque de igual modo se mostró optimista. “Es una crisis global que hay que afrontarla entre todos, tratando de dialogar lo más posible, de modo de evitar consecuencias mayores”, señaló. De todos modos, planteó la necesidad de no sobredimensionar los alcances del actual momento de zozobra económica. “La crisis está, pero también hay una especie de psicosis. Es real la crisis, es real que hay restricciones en la demanda, que esto provoca que se compren menos insumos, se invierta menos, y esto genera también bajas en la masa salarial”, dijo. Más adelante, Galuccio sostuvo que “la situación es grave, pero creo que hay que ir buscando soluciones que no la agraven más. Pero soy optimista en que podremos lograr revertirla. Claro que para eso se tendrían que buscar las medidas más adecuadas, sobre todo desde el Gobierno”. —¿Qué medidas? —No me atrevería a recomendar medidas. Entiendo que el Gobierno debería tomar todas las medidas que ayuden a mantener el nivel de actividad. En caída El sector maderero, encargado de la fabricación de placas, enfrenta una caída de la actividad del orden del 35 % debido a la contracción experimentada por la construcción. A eso se suma el ingreso de muebles desde Brasil, hecho que pone en riesgo la producción de la contraparte nacional, principal consumidora de tableros producidos localmente. Además, los costos internos del sector siguen empujando hacia el alza. Según un sondeo realizado por la Asociación de Industriales Madereros de Federación Entre Ríos (INFER) entre más de cuarenta asociados ubicados en diversas localidades entrerrianas, se verifica una merma en las ventas de hasta un 70 %. La situación ha provocado la baja en los niveles de producción, corte en la cadena de pagos y pequeñas industrias han reducido su plantilla de personal. En el sector citrícola, han mermado las exportaciones y se prevén bajas en las negociaciones futuras, con la adopción de medidas similares al común de las industrias. En el sector lácteo las diversas trabas internas y externas, provocan profunda preocupación e inestabilidad en el sector. El principal producto industrial de exportación es la leche en polvo, cuyo valor de exportación disminuyó desde 5.200 dólares por tonelada hasta 2.800 dólares por tonelada. El sector metalúrgico, que ya había sufrido una retracción de entre un 20 % y 30 % en las ventas a raíz del conflicto agropecuario, avizora una merma de las mismas del orden del 50 %. Ante la devaluación del real, se teme por el ingreso masivo de maquinaria proveniente desde Brasil. En el sector avícola si bien se ha continuado con programas y compromisos trazados, el aumento de costos, sumado a la devaluación del real brasileño, podría provocar un colapso, y el ingreso productos de Brasil. En el sector del papel la actividad se encuentra afectada con una disminución de la demanda del orden del 20 %, obligando a las empresas a disminuir turnos, suspender horas extras y adelantar vacaciones. Cartocor, con un 30 % menos de empleados La planta de Cartocor, empresa del grupo Arcor que se especializa en la fabricación de cartón corrugado, bajó el nivel de producción debido a una caída de entre un 15 a un 20 % de la demanda, situación que derivó en el adelantamiento de vacaciones para al menos el 30 % del personal. Mario Valente, ejecutivo de la firma, dijo que la merma de producción viene acentuándose desde agosto, y en la caída influyó también la crisis del campo. Aunque negó que se haya recurrido a la suspensión o despido de personal: sólo se anticiparon licencias, dijo, una práctica que suele ser corriente en esta época del año. Cartocor tiene una plantilla de 250 empleados, repartidos en tres turnos en su planta del Parque Industria, que en épocas de alta producción, suelen llegar a cuatro, sumando fines de semana. “Usualmente en noviembre damos vacaciones, pero ahora decidimos acelerar las licencias por la caída importante de la producción. Nosotros no tenemos stock, trabajamos en función de los pedidos. Por la caída de la demanda, estamos trabajando con un turno menos”, dijo Valente. Aunque no descartó que si la crisis se mantiene, puedan llegar a adelantar vacaciones para otro turno de empleados de la planta de Cartocor. Fuente: El Diario