E
l informe Comets (que corresponde a la sigla en inglés de medición de la exposición al monóxido de carbono -CO- por el humo de tabaco) realizado a 221.655 personas en los 27 países de la Unión Europea (UE) concluyó que los niveles de CO eran inferiores en las mujeres que en los hombres fumadores debido a que ambos fuman de manera diferente. Concretamente, el nivel medio de CO en hombres fumadores en Europa se sitúa según este estudio en 17,8 partículas por millón (ppm), mientras que en las mujeres la cifra cae a 15,0 ppm. Aunque esas diferencias de género también se observan en no fumadores (3,8 ppm para hombres y 3,2 en mujeres), la distancia es mucho más significativa entre los consumidores de tabaco, lo que llevó a los investigadores a concluir que es la forma de fumar la que causa las divergencias. Según el doctor Carlos Jiménez Ruiz, uno de los presentadores del estudio, una de las consecuencias de este informe es que se puede concluir que las mujeres fuman más por un motivo de "recompensa positiva" (por ejemplo después de una comida copiosa) que por una "recompensa negativa" (para aliviar el síndrome de abstinencia). De esta forma, el hombre intentaría captar más nicotina de cada cigarrillo, según Jiménez Ruiz, quien sugirió que se podría deducir que para las mujeres sería más difícil dejar de fumar únicamente por medios farmacológicos y necesitarían más apoyo psicológico al no tratarse simplemente de reducir la ansiedad por dependencia al tabaco. Estas diferencias de género también tiene consecuencias en la salud, aunque aún habría que realizar estudios más exhaustivos para llegar a resultados concluyentes, según explicó Juan Antonio Riesco, coordinador del área de tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica. "Si los hombres inhalan más humo y más profundamente, con seguridad todas las sustancias tóxicas penetrarán en el aparato respiratorio con más intensidad", dijo Jiménez Ruiz, que además es coordinador del grupo de tabaquismo de Neumomadrid. "Es posible que las diferentes formas de inhalación de humo tengan implicaciones en los diferentes tipos de patologías relacionadas con el tabaco", añadió. Otra de las conclusiones del estudio es que tuvo lugar una progresiva disminución de los niveles de CO desde el 2006 en toda Europa, siendo un poco más pronunciada la caída en España, algo que podría estar asociado a la entrada en vigor de la ley antitabaco en enero de ese año. De hecho, el consumo de tabaco en España ha descendido a niveles de 1997, según una encuesta presentada el martes. El estudio COmets se realizó en el marco de la iniciativa "HELP - Por una vida sin tabaco" lanzada en el 2005 por la Comisión Europea. El tabaco le cuesta a Europa 100.000 millones de euros y 650.000 vidas al año, según datos de la Comisión Europea.