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proximadamente a las 16, “llegaron los encargados de Eclipse y al abrir el local se percataron que había una caja. La abrieron y nos dijeron que nos teníamos que ir porque tenía una granada en su interior”. Al principio, creyó que era una broma, pero ante el nerviosismo de los comerciantes comprendió que era cierto lo que estaba diciendo, mencionó el responsable de un local lindante. De inmediato se dio aviso a un policía que se encontraba de vigilancia en la zona y minutos después comenzó a llegar refuerzo. Además se hizo presente una dotación de bomberos zapadores, de la policía forense y la división criminalística. El paquete, una caja de zapatillas color negro, estaba depositado sobre una de las vidrieras y en su interior contenía una granada. Peritos en criminalística realizaron las pruebas para la recolección de huellas digitales, entre otras tareas. El comisario Osvaldo Dreise, responsable de Bomberos Zapadores de levantar el explosivo y secuestrarlo explicó que “de la manera en que se encontró el artefacto, no revestía mayores peligros porque estaba inutilizada y no podría estallar en el momento”. Aunque será materia de investigación si la misma tenía la carga o no.