A
l comienzo de las operaciones ayer en Wall Street ya la tendencia era claramente bajista. Es que el paquete de rescate a bancos norteamericanos que se iba a votar en Diputados servía poco. Ya venía podado en las negociaciones previas. Luego, a las 14.30 hora argentina, se conoció directamente el rechazo a la iniciativa de Bush. De ahí en más, colapsó todo. El Dow Jones perdió 7%. En San Pablo debieron suspender operaciones y finalmente clausuró con una pérdida de 9,4%. En la Argentina hubo ola de ventas, y las acciones perdieron 8,7%. El riesgo-país creció 8,5%. El dólar subió a $ 3,14. La única esperanza pasa ahora por que el jueves, en un nuevo intento, otro paquete sea aprobado. O quizás hagan falta más derrumbes para que en EE.UU. se den cuenta de la gravedad de la situación. Wall Street sufrió la peor caída en puntos de la historia (perdió 777) y la más grande desde el punto de vista porcentual desde la reapertura del mercado tras el atentado a las Torres Gemelas de Nueva York en setiembre de 2001. El índice Dow Jones se derrumbó casi 7%, el S&P 500 perdió 8,6% y el NASDAQ (que agrupa a las acciones de tecnología) cayó casi 10%. Aunque el mercado ya mostraba una franca tendencia declinante desde temprano, la negativa del Congreso de aprobar el plan de salvataje financiero propuesto por el gobierno de George W. Bush generó una huida sin precedentes de los inversores. Las principales víctimas fueron las acciones bancarias (ya que el salvataje apunta a este sector), pero también compañías tecnológicas emblemáticas como Apple perdieron más de 20%. El sector de combustibles, por ejemplo, cayó 11% en Wall Street, el de materias primas 10% y el de telecomunicaciones 7,2%. El índice que agrupa a las acciones bancarias cayó 16,5%, las aseguradoras 11,28%, las firmas de servicios financieros 15,61%, las hipotecarias 14,77% y las inmobiliarias 8,41%. Desde los niveles máximos alcanzados en octubre del año pasado, el Dow acumula una caída de 26% y nadie arriesga cuándo puede tocar fondo. Por lo pronto, mercados asiáticos y ahora Brasil ya sufrieron caídas superiores a 50% en dólares desde sus máximos en cuestión de meses. Dramatismo En un histórico «lunes negro» para las Bolsas del mundo, las pérdidas de las acciones bancarias resultaron dramáticas. Los papeles de Wachovia, tras la compra por parte del Citigroup, perdieron más de 80%, National City perdió 63% por temor a que podría ser la próxima víctima del ataque de los inversores. Lo propio ocurrió con Sovereign Bancorp, que cayó 70%. Pero acciones de bancos líderes como Goldman Sachs y Morgan Stanley cayeron 15%, mientras que las del Citigroup finalizaron 11% abajo tras haber resistido bien en el arranque de la jornada. El refugio de los inversores fueron nuevamente los bonos del Tesoro norteamericano. Ante la suba del precio de estos activos, en el caso de la tasa a diez años cayó a sólo 3,62%, en comparación con el rendimiento de 3,82% del viernes. También el oro fue un activo demandado: mostró un incremento de 1,77% para finalizar en u$s 898,60. Ningún mercado del mundo quedó al margen de semejantes pérdidas en la Bolsa norteamericana. Las acciones europeas habían perdido más de 5% en promedio, pero el mercado cerró antes de conocerse la fallida votación del Congreso norteamericano. Hoy deberían abrir con caídas profundas, a la espera de alguna definición legislativa que demoraría varios días en producirse. También tendrían que mostrar caídas más que significativas las Bolsas asiáticas, que ayer habían registrado pérdidas que oscilaron 2%. Además de la caída de las acciones financieras, el resto de los papeles del mercado se vio perjudicado por los temores de una recesión mundial. Por eso fueron afectadas las tecnológicas, muy sensibles a los cambios en los niveles de demanda. Las petroleras sufrieron la disminución en el precio del petróleo de casi 10%, también ante el temor de menor consumo en el mundo, especialmente en países desarrollados. Final lejano El comportamiento del mercado dejó claro que los inversores esperan que los efectos de la crisis financiera desatada por las hipotecas «subprime» en los Estados Unidos se desparrame globalmente antes de que se produzca cualquier recuperación. El propio secretario del Tesoro norteamericano, Henry Paulson, reconoció que aún se está lejos del final de la crisis financiera. Ahora para los inversores sólo resta quedar a la espera de cómo se resuelva la votación del paquete de salvataje financiero en el Congreso. Nadie duda ahora de que se trataba de la última opción que tenía el gobierno norteamericano para impedir un mayor contagio de la crisis, que marca el punto de defunción del modelo que funcionó en Wall Street por más de 150 años a través del funcionamiento de los bancos de inversión, pero que no resistió la debacle hipotecaria.